El Día que Garrafa Sánchez Humilló a la Selección Argentina: Un Mito del Fútbol Argentino

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Revive la increíble historia del partido amistoso entre la Selección Argentina y El Porvenir en 1998, donde Garrafa Sánchez, con su magia, dejó sin palabras a figuras como Simeone y Gallardo. Un relato épico de talento, humildad y un resultado que jamás se olvidará.

El fútbol argentino está lleno de leyendas, de historias que trascienden lo deportivo y se convierten en parte del folklore nacional. Una de esas historias, casi mítica, es la del encuentro amistoso, a puertas cerradas, entre la Selección Argentina de Daniel Passarella y El Porvenir, en la previa al Mundial de Francia 1998. Un partido donde un nombre brilló por encima de todos: José Luis 'Garrafa' Sánchez.

Los medios de comunicación hablaron de una victoria cómoda de la Albiceleste por 4 a 2. La realidad, sin embargo, fue muy diferente. El Porvenir, un equipo de la B Metropolitana, venció a la Selección Argentina por 3 a 1, con un gol y dos asistencias de un jugador que para muchos, ese día, fue el mejor en la cancha: Garrafa Sánchez.

Testimonios de aquellos que presenciaron el partido pintan un cuadro de asombro y admiración. Ricardo Calabria, entrenador de El Porvenir, recuerda: “Mientras José tuvo aire, el baile que le pegó a los jugadores de la Selección Argentina… Era increíble ver con la facilidad que gambeteaba al Cholo Simeone, al que se pusiera adelante; era realmente una cosa fuera de lo común”.

Sus compañeros de equipo corroboran la versión. Rubén Forestello afirma: “Era lógico que nos subestimaran porque éramos un equipo de la B Metropolitana. José hizo desastres”. Diego Monarriz agrega: “Era tirarle la pelota a él, era Garrafa contra todos. Para nosotros jugar contra la Selección era todo. Garrafa quería demostrar. ‘¿Sabés que soy mejor que todos estos pero soy feliz acá?’. Tenía todo para ir a jugar a cualquier lado”.

Las reacciones de los jugadores de la Selección Argentina no fueron menos impactantes. Se cuentan anécdotas de un Diego Simeone exclamando “¿Quién carajo es este pelado?”, y un Marcelo Gallardo sorprendido, preguntando “¿Y este viejo?”, refiriéndose al joven Garrafa, cuya pérdida de cabello lo hacía parecer mayor de sus 23 años.

Darío Mendelsohn, integrante del cuerpo técnico de Calabria, recuerda: “Nunca en mi vida, ni antes ni después, vi tal exhibición de fútbol, a excepción de Maradona”.

La historia de Garrafa Sánchez trasciende ese partido memorable. Forjado en las inferiores de Laferrere, club de sus amores donde debutó en 1993, su talento lo llevó a Banfield, con el que ascendió a Primera División y clasificó a la Copa Libertadores. Su regreso a Laferrere en 2005, tras su paso por El Porvenir, terminaría trágicamente con un accidente en moto en 2006, a los 31 años.

Pero la imagen de Garrafa, el '10' de El Porvenir que humilló a la Selección Argentina en 1998, permanece intacta en la memoria de aquellos privilegiados que fueron testigos de esa inolvidable jornada. Un partido que no solo marcó la historia de El Porvenir, sino que se convirtió en una de las leyendas más fascinantes del fútbol argentino, un relato que demuestra que el talento, la pasión y el coraje pueden superar cualquier obstáculo, incluso a una Selección Nacional en plena preparación mundialista.

La historia de Garrafa Sánchez es una historia de fútbol, sí, pero también de un sueño, de una pasión y de una demostración de que el talento puede brillar incluso en los escenarios más inesperados.

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