La tormenta mediática que rodea a Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez sumó un nuevo capítulo explosivo. La difusión de un video que muestra a Wanda Nara bailando con el futbolista senegalés Keita Baldé en un dormitorio de Dubai, en enero de 2023, desató una ola de especulaciones y contradicciones. Este material, que inicialmente fue difundido por el programa DDM de América TV, contradice las declaraciones anteriores de Wanda, quien había afirmado que su relación con Baldé se había producido durante un período de separación de Icardi. El video, aparentemente grabado durante un desafío de TikTok, muestra a ambos vestidos informalmente, bailando y compartiendo un momento íntimo. Su aparición pública coincide con el reciente blanqueo del romance entre Icardi y la China Suárez, generando una nueva ola de especulaciones sobre las infidelidades y las tensiones en la compleja triangulación. La fecha del video, enero de 2023, es crucial porque desmiente la versión de Wanda que aseguraba haber tenido el affaire con Baldé mientras estaba separada de Icardi. Según Mauro Icardi, el video evidencia una relación paralela durante su matrimonio. La reacción de Mauro Icardi no se hizo esperar. A través de un extenso descargo en redes sociales, el futbolista del Galatasaray cuestionó la versión de su ex esposa, señalando la contradicción entre sus declaraciones y la evidencia del video. El posteo, que incluía detalles sobre la fecha del cumpleaños de su hijo y el horario en que Wanda regresó de su viaje a Dubai, buscaba demostrar una presunta infidelidad continuada durante su matrimonio. Esta confrontación pública reaviva el debate sobre la veracidad de las declaraciones de cada parte involucrada y la naturaleza de sus relaciones. El escándalo del Wandagate, que comenzó en 2021 con la filtración de chats entre Icardi y la China Suárez, ha evolucionado a través de una serie de revelaciones, contradicciones y acusaciones públicas. Este nuevo video, sin embargo, añade un elemento tangible que complica aún más la situación y aviva las especulaciones sobre la verdadera cronología de los hechos. La publicación del video profundiza el análisis sobre las complejas relaciones entre los personajes involucrados y las consecuencias mediáticas de sus acciones. El incidente plantea preguntas sobre la privacidad, el control de la información y el impacto de las redes sociales en la vida personal de las celebridades. La repercusión del video es innegable, generando un intenso debate público sobre la fidelidad, la traición y la gestión de las relaciones en la esfera pública. Se espera que esta nueva evidencia influya en la percepción de los involucrados y en la evolución del escándalo mediático que ya lleva varios años. En resumen, el video de Wanda Nara y Keita Baldé no solo reaviva el Wandagate, sino que también presenta una nueva capa de complejidad a una historia que ya era intrincada. El material audiovisual, junto con las reacciones de los implicados, promete mantener la tensión y el interés público en lo que se ha convertido en una de las sagas mediáticas más comentadas de los últimos años.