El Milan se coronó campeón de la Supercopa de Italia 2024 tras una remontada épica contra el Inter. A pesar de ir perdiendo 2-0, el equipo Rossonero logró darle vuelta al marcador en un partido lleno de emociones.
En un vibrante encuentro disputado en Arabia Saudita, el Milan logró una victoria histórica sobre su clásico rival, el Inter de Milán, para llevarse la Supercopa de Italia 2024. El partido, un verdadero espectáculo de principio a fin, estuvo marcado por una remontada épica del Milan, que logró revertir un marcador adverso de 2-0 en la segunda mitad.
El Inter comenzó el partido con un dominio claro, gracias a una destacada actuación de Lautaro Martínez. El delantero argentino, rompiendo una sequía goleadora, anotó el primer gol al final del primer tiempo tras una brillante jugada individual, dejando atrás a varios defensores para definir con maestría. La alegría Nerazzurri no duró mucho, ya que Mehdi Taremi, en el inicio del segundo tiempo, marcó el 2-0. Parecía que la hegemonía del Inter en este torneo se consolidaría, sumando su cuarta Supercopa consecutiva.
Sin embargo, el Milan, lejos de decaer, mostró una reacción admirable. Theo Hernández descontó a los 56 minutos con un golazo de tiro libre, un tiro que dejó sin posibilidades al arquero del Inter. La remontada continuó a los 85 minutos, cuando Christian Pulisic, con una exquisita media vuelta, empató el partido, infundiendo ánimo en su equipo.
Cuando el partido se encaminaba a los penales, Rafael Leao, en una jugada individual excepcional, asistió a Tammy Abraham, quien anotó el gol del triunfo en el tiempo de descuento, dejando el marcador final en 3-2. La euforia en el bando Rossonero fue total, celebrando una victoria agónica y heroica que les entregó el título de la Supercopa de Italia.
El partido quedará en la memoria como uno de los clásicos más emocionantes de los últimos tiempos, con giros inesperados y una remontada que difícilmente se olvidará. La actuación destacada de Leao, la garra del equipo Rossonero y la impotencia final del Inter, liderado por un Lautaro Martínez que a pesar de su gol, vio cómo su equipo se quedaba con las manos vacías. La celebración del Milan fue un justo reconocimiento a su esfuerzo y perseverancia en un partido donde demostraron su gran capacidad de reacción.