Después de 52 años desaparecida, Sheila Fox, una joven británica de 16 años vista por última vez en 1972, ha sido localizada con vida. Una fotografía borrosa, publicada por la policía, fue la clave para su hallazgo.
En 1972, Sheila Fox, de tan solo 16 años, desapareció de Coventry, Reino Unido, dejando tras de sí un misterio que perduró por más de cinco décadas. A pesar de las exhaustivas investigaciones de la policía de West Midlands, el caso quedó archivado sin solución aparente. No se encontraron pistas, ni siquiera indicios de si Sheila estaba viva o muerta. El tiempo parecía haber borrado todo rastro de la joven.
Sin embargo, en enero de 2025, el Cold Case Team (Equipo de Casos Fríos) de la policía de West Midlands decidió revisitar el caso. Entre las pruebas archivadas, encontraron una fotografía en blanco y negro, borrosa y granulada, de Sheila Fox, tomada en la época de su desaparición. A pesar de la mala calidad de la imagen, la policía decidió publicarla en su página web y redes sociales, con pocas esperanzas de obtener resultados después de tanto tiempo.
La decisión, sin embargo, resultó ser un éxito rotundo. En cuestión de horas, varios ciudadanos reconocieron a la joven en la fotografía. La información proporcionada por estos ciudadanos llevó a la policía hasta el paradero de Sheila Fox. Para sorpresa y alegría de todos, confirmaron que se encontraba sana y salva, aunque residiendo en una zona diferente del país.
La Sargento Detective Jenna Shaw, del equipo de investigación, explicó que "Buscamos entre todas las pruebas que pudimos encontrar y conseguimos localizar una foto de Sheila. Cada persona desaparecida tiene una historia, y sus familias y amigos merecen saber qué les ocurrió y, con suerte, reunirse con ellos". La policía se ha mantenido discreta sobre los detalles de la vida de Sheila durante estos 52 años, respetando su privacidad, solo revelando que "vivía en otra parte del país".
Este caso extraordinario destaca la importancia de la perseverancia en la investigación de desapariciones y el impacto de las nuevas tecnologías en la resolución de casos antiguos. La simple difusión de una fotografía de baja resolución, algo que habría sido impensable en 1972, se convirtió en la clave para resolver un misterio que parecía insoluble, brindando un final feliz a una historia que había conmocionado al Reino Unido durante más de medio siglo. El caso de Sheila Fox se cierra con un final esperanzador, mostrando que incluso después de décadas, la esperanza de encontrar a alguien desaparecido nunca debe perderse.