Novak Djokovic, el astro serbio del tenis, continúa sorprendiendo dentro y fuera de la cancha. Su reciente victoria en Brisbane contra Gael Monfils no solo marcó otra impresionante victoria en su carrera, sino que también trajo consigo una nueva y conmovedora celebración: una peculiar imitación de tocar un saxofón.
La rivalidad entre Djokovic y Monfils es una de las más disparejas de la historia del tenis, con un marcador de 20-0 a favor del serbio. A pesar de la abrumadora diferencia, Djokovic ha elogiado el juego de Monfils, reconociendo la dificultad de algunos enfrentamientos pasados. “El juego de Gael me sienta bien. Hasta cierto punto, cuanto más le ganas a alguien, más feliz estás de jugar contra él. Tuvimos algunas batallas realmente duras”, comentó Djokovic en la conferencia de prensa posterior al encuentro.
Pero fue su celebración la que realmente capturó la atención. En lugar de su habitual y elegante simulación de tocar el violín, Djokovic sorprendió al público con un nuevo instrumento. La explicación de este cambio, sin embargo, es tan adorable como inesperada: sus hijos.
“Mis dos hijos me dijeron que tuviéramos dos celebraciones diferentes. Mi hija me dijo que siguiera con el violín si ganaba y mi hijo me dijo que tocara el saxofón, así que traté de incorporar a los dos”, explicó Djokovic, revelando la tierna razón detrás de su nuevo festejo.
Este gesto no es casual. El año pasado, Djokovic ya había explicado que la celebración con el violín era un tributo a su hija, Tara, quien comenzó a tocar el instrumento seis meses antes. Ahora, su hijo también se une a la escena, añadiendo una nueva dimensión a las celebraciones de uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.
La nueva celebración, lejos de ser solo una divertida anécdota, muestra una faceta profundamente personal y conmovedora del campeón. Transmite la importancia que la familia tiene en la vida de Djokovic y cómo su paternidad lo inspira, incluso en las celebraciones más espontáneas.
Este pequeño detalle humano añade una capa de profundidad a la figura de Djokovic, mostrando al mundo no solo al tenista implacable que domina las canchas, sino también al padre cariñoso que disfruta de momentos especiales con sus hijos. Su gesto conmueve y demuestra que incluso los campeones más grandes tienen corazones sensibles y se inspiran en sus seres queridos.
La próxima parada para Djokovic será los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane contra Reilly Opelka, un joven rival al que enfrentará por primera vez. La expectativa es alta, tanto por el resultado del partido como por la posibilidad de ver más celebraciones inspiradas en su familia. ¿Qué instrumento musical se sumará a su repertorio? Solo el tiempo lo dirá.