La ciudad de La Plata recibió el nuevo año con una tradición tan arraigada como espectacular: la quema de muñecos. Miles de platenses se congregaron el 31 de diciembre para disfrutar de un espectáculo de arte efímero, creatividad y un toque de nostalgia que ha marcado la despedida del año durante décadas. Este año, la Municipalidad habilitó 24 muñecos, distribuidos estratégicamente en diferentes puntos de la ciudad, ofreciendo un recorrido festivo para grandes y chicos.
La tradición, que data de 1956 con la creación del primer momo en la intersección de las calles 10 y 40, transformó la ciudad en una verdadera tierra de gigantes de cartón, papel, alambre y pintura. Familias enteras, con mates en mano, recorrieron las obras, inmortalizando el momento con fotos de los más pequeños admirando las creaciones.
"La Plata: Ciudad de Dragones", creado por el grupo Muñe del Tanque, se alzó como el favorito del público, obteniendo el primer lugar en la votación municipal. Este imponente momo, ubicado en la esquina de las calles 54 y 31, representó una obra monumental que combinó dragones mitológicos con la icónica Catedral de La Plata como telón de fondo. Rodrigo, integrante del grupo Muñe del Tanque, compartió con Nota al Pie la historia detrás de su creación, destacando la planificación de tres años que culminó con la realización de esta pieza majestuosa. El grupo, con más de 20 años de experiencia, ha ido evolucionando y creciendo, adaptándose incluso a los cambios urbanos como la construcción del Tren Universitario que requirió el traslado de su taller.
El segundo y tercer puesto de la votación fueron para "Harry Potter" y "Tom y Jerry", respectivamente, demostrando la variedad de temáticas que cautivan a los platenses. La iniciativa municipal, además de celebrar la creatividad, busca fomentar la participación comunitaria en esta tradición.
Más allá de la competencia, la quema de muñecos es una experiencia colectiva que conjuga arte, ingenio y la alegría compartida de la despedida de año. La dedicación de los creadores, el trabajo en equipo y la financiación colectiva contribuyen a la magia de estas obras efímeras que se elevan al cielo, llevando consigo los deseos de un año que se va y las esperanzas de un futuro prometedor. La noche culminó con fuegos artificiales que iluminaron el cielo, coronando una noche inolvidable.
Este año, el grupo Muñe del Tanque no solo creó el momo, sino también programó una serie de actividades previas a la quema, incluyendo bandas en vivo, food trucks y juegos para niños, creando una auténtica fiesta comunitaria que se extendió durante varios días.
La quema de muñecos de La Plata es más que una tradición; es un evento que fortalece los lazos comunitarios y celebra la creatividad local. Un evento que año tras año se renueva, sorprendiendo con su originalidad y la pasión de quienes lo hacen posible.