La esperada segunda temporada de El Juego del Calamar llega a Netflix. Analizamos las críticas de la BBC y el impacto cultural de esta serie, su violencia explícita, sus temas universales y el éxito arrollador que la consolida como un fenómeno global.
El Juego del Calamar irrumpió en la escena global en 2021, cautivando a millones de espectadores con su premisa macabra, sus vibrantes sets y la crítica social subyacente. Tres años después, la segunda temporada llega cargada de expectativas, y con ella, un nuevo análisis de su impacto cultural. La BBC, en una crítica detallada, explora la serie más allá del gore y la tensión, profundizando en sus temas universales y su resonancia en la sociedad contemporánea.
La primera temporada, con su historia sencilla pero efectiva de concursantes desesperados compitiendo en juegos infantiles con consecuencias mortales, se convirtió en un fenómeno cultural, alcanzando más de 265 millones de visualizaciones en Netflix. La violencia explícita, lejos de ser un impedimento, funcionó como un catalizador, representando una sátira brutal de la desigualdad social en Corea del Sur, un tema que resonó en audiencias globales.
El director Hwang Dong-hyuk no se detiene en la segunda temporada. La BBC destaca el regreso de Seong Gi-hun (Lee Jung-jae), el ganador de la primera temporada, quien, lejos de celebrar su victoria, se ve arrastrado de nuevo al juego, esta vez con la misión de exponer a los líderes de la macabra competición. La crítica de la BBC resalta la intensidad de la violencia, aún mayor que en la primera entrega, pero también destaca la inclusión de humor negro y una mayor complejidad narrativa.
Esta segunda temporada presenta nuevos personajes, cada uno con sus propias historias de desesperación y vulnerabilidad. Entre ellos se encuentran una madre y su hijo adicto al juego, mujeres jóvenes, un influencer de criptomonedas en bancarrota, y un exmilitar, todos unidos por una necesidad desesperada de dinero. La incorporación de No-eul (Park Gyu-young), una guardia que escapó de Corea del Norte, añade una capa extra de intriga y complejidad moral.
La BBC señala la audacia del director al explorar la manipulación del poder y la fragmentación social. Una escena de pelea de cuatro minutos, considerada la más violenta de la temporada, representa cómo los poderosos manipulan a las personas para enfrentarse entre sí en lugar de unirse contra el sistema opresivo. El director Hwang Dong-hyuk afirma: "A través de los jugadores, quería preguntar, ¿no es así como se ve nuestra sociedad ahora? Las cosas que eran extrañas hace una década, lamentablemente, se han vuelto muy realistas ahora".
La crítica de la BBC concluye que, a pesar de su extensión (siete episodios, dos menos que la primera temporada), la segunda temporada mantiene el nivel de intensidad y suspense de su predecesora. Si bien la revelación de un personaje traidor resulta predecible para algunos, la actuación de Lee Jung-jae, que ya le valió un Emmy, se destaca como la voz de la razón en un mundo demente. El final abrupto, con un suspenso que anticipa una tercera temporada, se presenta como una continuación natural de la saga.
En resumen, El Juego del Calamar 2, según la BBC y otras críticas, consolida el éxito de la serie original, manteniendo la intensidad, profundizando en la crítica social y explorando nuevos matices narrativos. Sigue siendo un thriller brutal y visceral, que sirve como una poderosa alegoría de los problemas sociales modernos y la naturaleza humana en su búsqueda de la supervivencia y la redención.