Adiós a Beatriz Sarlo: Un Homenaje a la Máquina de Pensar que Transformó la Cultura Argentina

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El fallecimiento de Beatriz Sarlo deja un vacío imborrable en la cultura argentina. Este artículo recopila los sentidos homenajes de destacados intelectuales, amigos y colegas, recordando su legado como ensayista, docente, investigadora y figura pública.

La partida de Beatriz Sarlo el 17 de diciembre de 2024, a los 82 años, marcó un hito en la historia intelectual argentina. Su influencia trascendió las aulas y los libros, llegando a la opinión pública con una fuerza y una originalidad inigualables. Este artículo recopila las reflexiones de diversas personalidades que conocieron y admiraron su trabajo, ofreciendo una visión multifacética de su legado.

Pablo Semán, docente e investigador de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES), la recuerda como "una máquina de pensar, viva, sensible y llena de humor". Semán destaca su rigurosidad investigativa, su capacidad para encender debates cruciales y su compromiso político, expresado no solo en sus escritos, sino también en su cercanía con la gente, citando a sus estudiantes en bares sencillos y compartiendo sus conocimientos generosamente.

Hinde Pomeraniec la describe como maestra y referente, destacando su curiosidad intelectual incansable y su capacidad para comunicar ideas complejas de manera accesible, convirtiéndola en una intelectual popular que trascendió los círculos académicos.

Horacio Tarcus la considera la última intelectual argentina en el sentido clásico del término, alguien que cumplía cabalmente con la función de contradecir el poder y estimular el pensamiento crítico. Resalta su multifacética trayectoria, abarcando la militancia política, la docencia, el periodismo y la escritura, y su capacidad para cuestionar distintos espectros ideológicos.

Mariano Schuster enfatiza la naturaleza universal de la figura de Sarlo, un “universal concreto” que conectaba lo personal con lo general. Recuerda su generosidad para compartir su conocimiento y experiencias con las nuevas generaciones de intelectuales, construyendo puentes generacionales en los cafés porteños y compartiendo su tiempo para escuchar y dialogar.

Sofía Mercader la describe como la última gran intelectual, capaz de interpretar con profundidad y sutileza el tiempo y el lugar que le tocó vivir. Destaca su obra escrita, su influencia en el debate público y su legado como investigadora y maestra.

Maristella Svampa recuerda la figura de Sarlo como dura e implacable pero siempre comprometida con el diálogo y la conversación democrática. Resalta su participación en espacios de debate colectivo y su compromiso con la reflexión sobre los desafíos sociales de Argentina.

Hugo Vezzetti analiza el legado intelectual de Sarlo como un proceso de constante búsqueda y cuestionamiento, caracterizado por su aguda sensibilidad histórica y su capacidad para conectar la teoría con la vida cotidiana. Vezzetti destaca su curiosidad y su voluntad de expandir los límites del conocimiento.

Alejandro Katz la describe como una militante de ideas y principios, destacando su rol en la esfera pública y su valentía para confrontar el poder. Señala su muerte como un símbolo de la clausura de un proyecto de Argentina moderna.

Pablo Stefanoni enfatiza la ambivalencia de Sarlo, una intelectual pública comprometida con la política pero que nunca encontró un espacio cómodo dentro de los esquemas partidarios. Resalta la necesidad de resistir la degradación del debate público en contraste con el legado de Sarlo.

Los homenajes a Beatriz Sarlo demuestran la amplitud y profundidad de su influencia en la cultura argentina. Su legado como ensayista, docente, investigadora y figura pública sigue vivo y continúa inspirando a las nuevas generaciones de pensadores e intelectuales.

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