El domingo 15 de diciembre de 2024, la casa de Gran Hermano Argentina presenció una eliminación histórica. Renato Rossini Jr., conocido por su participación en 'El gran chef famosos', se convirtió en el participante más rechazado en la historia del reality argentino, con un aplastante 92.3% de votos negativos. Su salida generó un gran revuelo en redes sociales y en los medios, convirtiéndolo en el centro de una intensa controversia. La polémica alrededor de Rossini Jr. comenzó desde su ingreso al programa. Su comparación de su participación en el reality con el proceso de admisión a Harvard fue percibida como arrogante y fuera de lugar por muchos espectadores. Sin embargo, las verdaderas chispas surgieron por sus acciones dentro de la casa. Una de las principales acusaciones en su contra fue la de acoso por parte de algunas de sus compañeras, quienes se sintieron incómodas con su comportamiento. Estas denuncias, sumadas a comentarios despectivos y burlas hacia un compañero con celiaquía, generaron una ola de indignación que se tradujo en un rechazo masivo del público. La gala de eliminación fue tensa. Mientras compañeros como Keila Sosa, Luciana Martínez, Martina Pereyra y Ulises Apóstolo se salvaron, la tensión creció entre Rossini Jr. y Santiago "Tato" Algorta. Finalmente, el anuncio del 92.3% de votos en contra de Rossini Jr. selló su destino. A pesar de intentar mantener la compostura y despedirse con abrazos de sus compañeros, la expresión en su rostro reflejaba la magnitud del rechazo público. Su madre, Claudia Carrillo, le envió un mensaje de apoyo a través de Instagram, recordándole la frase "Lo que no te mata te hace más fuerte". Días antes de su eliminación, Rossini Jr. había ofrecido disculpas públicas por su comportamiento arrogante, pero el daño ya estaba hecho. El impacto de esta eliminación trasciende la simple salida de un concursante. El 92.3% de votos negativos marca un hito en la historia de Gran Hermano Argentina, superando ampliamente cualquier otro registro de rechazo. El caso de Rossini Jr. ha generado un debate en torno al acoso en reality shows, la responsabilidad social de los participantes y la influencia del público en la configuración de la narrativa del programa. Además, la controversia ha puesto en relieve la importancia de la empatía y el respeto en las relaciones interpersonales, incluso en un contexto televisivo altamente competitivo. El caso de Rossini Jr. sin duda servirá como un ejemplo para futuras ediciones del programa y para otros realities en general, resaltando la importancia de promover un ambiente de respeto y tolerancia entre los participantes.