El fútbol argentino una vez más se vio sacudido por un hecho de violencia que tuvo como protagonista a la final del reducido de la Primera B Metropolitana entre Argentino de Quilmes y Los Andes. La jornada, que prometía ser una fiesta para los aficionados, terminó convertida en un capítulo oscuro marcado por las amenazas recibidas por el árbitro designado inicialmente, Ignacio Lupani.
Lupani, quien según informes llevaba seis meses sin dirigir un partido, recibió mensajes intimidatorios que incluían amenazas a su familia. Estos mensajes, que llegaron a su teléfono celular horas antes del encuentro y se intensificaron a su llegada al estadio, lo dejaron en un estado de shock. Junto a su terna arbitral, tomaron la decisión de retirarse del estadio con custodia policial y realizar la denuncia correspondiente, dejando la final en vilo a una hora de su inicio.
La demora generó un clima de incertidumbre e indignación. El presidente de Los Andes, Omar Plaini, expresó su repudio a la situación, solidarizándose con el árbitro y criticando la violencia que plaga al fútbol argentino. "Si te amenazan a vos y tu familia, ¿cómo podés salir al campo de juego?", declaró Plaini, recalcando la necesidad urgente de erradicar este tipo de situaciones.
La organización del partido, ante la ausencia de Lupani, logró conseguir un nuevo equipo arbitral encabezado por Leandro Rey Hilfer, árbitro de Primera División. Sin embargo, la demora en la llegada del nuevo equipo provocó que el partido comenzara con una hora de retraso en un estadio sin iluminación artificial, agregando aún más tensión a la ya tensa situación.
Pero el drama no terminó ahí. Incluso con el nuevo árbitro en el campo, la tensión se mantuvo palpable. Antes del pitido inicial, se produjo un cruce entre los arqueros de ambos equipos, Sebastián Méndez (Los Andes) y Alejo Tello (Argentino de Quilmes), que terminó con un cachetazo y un empujón, resultando en una amonestación para ambos con tarjeta amarilla por parte de Rey Hilfer. Este inesperado incidente añadió otro capítulo peculiar a esta accidentada final.
Finalmente, el partido se jugó y se definió en una tanda de penales agónica. Los Andes, luego de un partido lleno de tensión, se impuso y obtuvo su lugar en la gran final contra Sarmiento de La Banda por el ascenso a la Primera Nacional. Sin embargo, la victoria se vio opacada por el contexto de violencia e irregularidades que marcaron este encuentro.
Este evento destaca la gravedad del problema de la violencia en el fútbol argentino, poniendo en riesgo la integridad física y emocional de los árbitros y sus familias. La repercusión mediática del caso ha vuelto a poner en el centro del debate la necesidad de implementar medidas más efectivas para garantizar la seguridad y la transparencia en el deporte.