La final del reducido de la Primera B Metropolitana entre Argentino de Quilmes y Los Andes se vio interrumpida por amenazas al árbitro Ignacio Lupani. Descubre los detalles del incidente, la reacción de las autoridades y el impacto en el crucial partido por el ascenso.
El partido de vuelta de la final del reducido de la Primera B Metropolitana entre Argentino de Quilmes y Los Andes, programado para el sábado 14 de diciembre de 2024, se vio envuelto en un escándalo que paralizó el fútbol argentino por unas horas. El árbitro Ignacio Lupani recibió amenazas, tanto telefónicas como a través de imágenes violentas que involucraban a su familia, lo que lo obligó a retirarse del campo de juego antes del inicio del encuentro.
La decisión de Lupani de no arbitrar, tomada junto a su terna arbitral, generó una crisis inmediata. La información sobre las amenazas se filtró rápidamente, generando conmoción y preocupación. Omar Plaini, presidente de Los Andes, expresó su solidaridad con el árbitro, enfatizando la gravedad de la situación y la necesidad de erradicar la violencia del fútbol argentino. "Si te amenazan a vos y tu familia, ¿cómo podés salir al campo de juego?", declaró Plaini, resaltando la vulnerabilidad del árbitro y la necesidad de una investigación exhaustiva.
La designación de Lupani ya había generado controversia previamente, debido a su inactividad de seis meses antes del partido. Esta situación, sumada a la magnitud del encuentro –un partido clave para el ascenso a la Primera Nacional–, contribuyó a un clima de tensión que lamentablemente culminó en amenazas directas.
Ante la imposibilidad de que Lupani dirigiera, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tomó la decisión de reemplazar a toda la terna arbitral. Leandro Rey Hilfer, árbitro de Primera División, fue convocado de urgencia junto a su equipo, lo que provocó una demora considerable en el inicio del partido. La espera, estimada en media hora, se extendió, haciendo que el encuentro comenzara a las 18:00 hs en un estadio sin iluminación artificial, aumentando la complejidad de la situación.
El partido finalmente se jugó, pero el incidente dejó al descubierto un problema grave de violencia e intimidación en el fútbol argentino. Lupani y su equipo se retiraron del estadio con custodia policial para realizar la denuncia correspondiente. El incidente plantea interrogantes sobre la seguridad de los árbitros y la necesidad de medidas más efectivas para protegerlos y garantizar un ambiente de juego seguro y respetuoso. La AFA deberá abordar este asunto con seriedad para prevenir futuros incidentes de esta naturaleza.