El Benfica empató sin goles ante el Bologna en la última jornada de la fase de grupos de la Champions League, dejando su clasificación para la siguiente ronda en un hilo. Ahora, deberá enfrentarse a Barcelona y Juventus para asegurar su lugar en los playoffs.
El Estadio da Luz fue testigo de un partido tenso y disputado entre el Benfica y el Bologna, que terminó con un decepcionante empate a cero. Este resultado deja al equipo portugués en una situación crítica, con 10 puntos en seis partidos, obligándolo a luchar por la clasificación en los dos encuentros restantes contra el Barcelona y la Juventus.
El Benfica, que venía de golear al Atlético de Madrid, mostró una versión deslucida y carente de la contundencia habitual. Ángel Di María fue uno de los pocos jugadores que intentaron liderar el ataque, destacándose en las transiciones rápidas, la única estrategia efectiva para superar la sólida defensa del Bologna. La actuación del portero del Bologna, Lukasz Skorupski, fue clave para mantener la portería a cero, frustrando los intentos del Benfica.
El partido estuvo marcado por la intensidad defensiva de ambos equipos, con pocas ocasiones claras de gol. Si bien el Benfica tuvo mayor posesión del balón, no logró traducir su dominio en ocasiones de peligro. El Bologna, por su parte, se mostró sólido atrás y aprovechó las pocas oportunidades que tuvo para contrarrestar los ataques del equipo portugués.
Con el empate, el Benfica se complica seriamente en su grupo. La clasificación para los playoffs depende ahora de los resultados de los partidos contra el Barcelona y la Juventus, dos de los equipos más fuertes de la competición. Un triunfo contundente en ambos enfrentamientos es casi una obligación si el equipo de Bruno Silva do Nascimento quiere seguir soñando con el título.
Mientras tanto, el Bologna, con apenas dos puntos, está virtualmente eliminado de la competencia. Su participación en esta fase de grupos ha estado marcada por la dificultad para generar jugadas de peligro y superar la defensa rival.
Los próximos encuentros se presentan como una prueba de fuego para el Benfica. El equipo deberá demostrar su capacidad para superar la adversidad y alcanzar la clasificación, mostrando la misma contundencia que lo caracterizó en otras etapas de la competición. La presión está sobre las Águilas, que deberán desplegar todo su arsenal para conseguir la clasificación a la siguiente ronda.