En el año 2000, Boca Juniors conquistó la Copa Intercontinental tras vencer al Real Madrid en una final épica. Pocos meses después, se vislumbraba una revancha histórica: un Mundial de Clubes de 12 equipos en España, con una bolsa de premios cercana a los 50 millones de dólares. Boca, como campeón de América, era uno de los participantes estelares, junto a un Real Madrid plagado de estrellas como Raúl, Figo y Roberto Carlos. El torneo estaba prácticamente confirmado: fechas, sedes (Santiago Bernabéu, Riazor, San Lázaro y Vicente Calderón), y formato de grupos estaban definidos. Boca, cabeza de serie en su grupo, se preparaba para una nueva aventura internacional. Sin embargo, a solo 70 días del inicio, la FIFA anunció la suspensión del torneo, postergándolo dos años. Las razones oficiales apuntaron a problemas económicos, dificultades de comercialización con patrocinadores y emisoras de TV, y conflictos de calendario con otras competiciones. Esta decisión impactó profundamente en Boca Juniors. La pérdida de los potenciales millones de dólares afectó seriamente las finanzas del club, exacerbando la ya existente deuda con los jugadores. La tensión interna entre el plantel y la dirigencia escaló, llegando a su punto álgido durante la semifinal de la Copa Libertadores 2001, con manifestaciones públicas de los jugadores reclamando el pago de sus salarios. El entrenador Carlos Bianchi intentó mediar, proponiendo una Copa Interamericana ante el Los Angeles Galaxy, pero la iniciativa no prosperó. La cancelación del Mundial de Clubes de 2001 representó una oportunidad perdida para Boca Juniors en varios aspectos: la posibilidad de obtener un título mundial, el considerable ingreso económico que habría aliviado sus deudas, y la consolidación del equipo como potencia mundial. La frustración marcó un capítulo en la historia del club, dejando la pregunta qué hubiese sido de Boca y de sus jugadores si aquella revancha ante el Real Madrid se hubiera concretado. La historia se repitió en 2001, cuando Boca jugó la Intercontinental contra Bayern Munich en lugar del Real Madrid, recordando la oportunidad perdida de una revancha millonaria. Hoy, más de dos décadas después, Boca Juniors se prepara para afrontar un nuevo Mundial de Clubes con la experiencia y las lecciones aprendidas de aquel torneo frustrado que pudo haber cambiado su historia para siempre.