El escandaloso desalojo de Mauro Icardi de la casa que compartía con Wanda Nara derivó en una denuncia por estafa procesal. Analizamos la compleja situación legal y mediática que envuelve a la expareja, incluyendo la denuncia, las pruebas presentadas y las implicaciones para el futuro del futbolista.
El mundo del espectáculo y el fútbol se encuentran conmocionados por la batalla legal que enfrenta a Mauro Icardi y Wanda Nara. Tras un mediático desalojo de la casa de Santa Bárbara, Icardi ha presentado una denuncia contra su expareja por estafa procesal, un nuevo capítulo en la ya compleja separación de la pareja. El escrito, al que tuvo acceso Teleshow, fue presentado por las abogadas de Icardi en el Juzgado Civil 106. La denuncia se centra en las acusaciones de falsa denuncia y estafa procesal contra Nara.
La madrugada del 30 de noviembre, Icardi fue desalojado de la propiedad en Santa Bárbara por orden judicial, basándose en una denuncia por amenazas realizada por Nara. Este desalojo, catalogado como “exclusión de hogar”, incluyó también una orden de restricción que le impide acercarse a Nara y a su domicilio. La defensa de Icardi argumenta que la denuncia por amenazas es falsa, constituyendo así una estafa procesal. La estrategia de Nara parece apuntar a dos frentes judiciales: uno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde declara vivir en el edificio Chateau Libertador, y otro en Tigre, donde declara residir en Santa Bárbara, buscando la misma medida cautelar en ambos.
La denuncia de Icardi se sustenta en varios puntos clave. Primero, el futbolista asegura que al regresar a su casa encontró la puerta abierta y a Nara junto a su peluquero, Kenny Palacios, su novio L-Gante, una escribana y dos abogados, quienes procedieron a desalojarlo. Icardi documentó este hecho con fotos y videos, presentados como prueba. Segundo, denuncia el desorden en sus pertenencias y la desaparición de un reloj Rolex y un neceser con 60.000 dólares. Tercero, el allanamiento posterior a la denuncia de Nara por amenazas y tenencia de armas resultó negativo en cuanto a la posesión de armas por parte de Icardi. Para la defensa, esto confirma la naturaleza fraudulenta de las acusaciones de Nara.
Otro aspecto relevante es la situación de salud de Icardi. El futbolista se sometió a una cirugía por ruptura de ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha, casi simultáneamente con la presentación de la denuncia. La necesidad de una rehabilitación en un entorno adecuado, con gimnasio y piscina climatizada, disponible en el Chateau Libertador, es la base de la solicitud de Icardi para residir allí mientras se recupera. Su imposibilidad de subir escaleras en Santa Bárbara complica aún más su situación.
La defensa de Icardi cuestiona la exclusión del futbolista de una vivienda ganancial, administrada y usufructuada mayoritariamente por Nara, quien posee otras propiedades. Se argumenta que las denuncias de Nara no deberían justificar su exclusión, y que el interés superior de los menores involucrados exige que ambos padres mantengan espacios adecuados para convivir con ellos. Finalmente, la denuncia concluye con la solicitud formal de medidas cautelares que garanticen el derecho de Icardi a residir en el departamento del Chateau Libertador durante su recuperación.
Este caso no solo refleja una compleja separación entre dos figuras públicas, sino también una problemática situación legal con implicaciones importantes para el futuro de Icardi tanto en el plano personal como en su carrera futbolística. La batalla legal recién comienza y promete mantenernos al borde de nuestros asientos mientras se desenredan las acusaciones y se determina la verdad detrás de este escándalo.