En una entrevista exclusiva con la diva de los teléfonos, Wanda Nara destapó la olla sobre su convulsionada vida personal. La separación de Mauro Icardi, marcada por infidelidades y un bozal legal impuesto por el futbolista, fue el tema central. Nara, sin pelos en la lengua, narró los altibajos de su relación, las traiciones, el impacto emocional que le causó la infidelidad de Icardi con la China Suárez, y el proceso de sanación que la llevó a priorizar su propia felicidad. "Nunca hay que dejar nada por un hombre", sentenció Wanda, dejando claro que su experiencia la ha llevado a priorizar su independencia y bienestar. La entrevista profundiza en el duro golpe que sufrió al descubrir las conversaciones comprometedoras con la actriz y cómo eso la llevó a replantear por completo su vida. Describió la reacción de Icardi, sus intentos de reconciliación y el momento clave en que decidió terminar definitivamente la relación. El bozal legal, una medida que Icardi intentó imponerle para silenciarla, se convirtió en otro punto álgido de la entrevista, destacando el valor de Wanda al romper este silencio autoimpuesto. Pero la conversación no se limitó a la separación. Susana Giménez también indagó en el sorpresivo romance de Wanda con L-Gante. La mediática explicó las razones detrás de esta relación, destacando la conexión que sintió con el cantante. "Me recuerda a la Wanda de barrio", confesó, revelando que encontró en él valores y una sencillez que la reconectaron con sus orígenes. Si bien reconoció que existen diferencias entre ellos, la conexión es innegable. La entrevista también tocó el tema del rechazo de Icardi a su nueva relación, un punto que Nara abordó con cierta tristeza pero firmeza. Describió a L-Gante como una persona con buen corazón, destacando un gesto específico: su generosidad al repartir dinero a los necesitados en la calle. Este detalle, según Wanda, confirma la bondad del artista. La entrevista con Susana Giménez fue un éxito rotundo, generando una ola de comentarios y debate en las redes sociales. Wanda Nara, una vez más, se consolidó como una figura mediática que no teme confrontar su pasado y mostrar su vulnerabilidad, al tiempo que presume su nueva etapa llena de autodescubrimiento y empoderamiento.