El panorama político colombiano se ha visto sacudido por la sorpresiva decisión de Colombia Renaciente, partido cofundado por el canciller Luis Gilberto Murillo y el exrepresentante Jhon Arley Murillo, de declarar su independencia del petrismo. Este movimiento, lejos de ser una decisión improvisada, es el resultado de un creciente distanciamiento ideológico y estratégico con el gobierno del presidente Gustavo Petro, acumulado durante los primeros dos años de su mandato. El comunicado oficial de Colombia Renaciente, emitido el 28 de noviembre de 2024, detalla una serie de discrepancias fundamentales que llevaron a la ruptura. Se mencionan inconsistencias en políticas clave como la paz, la educación y la salud. El partido critica la falta de enfoque en el desarrollo de políticas diferenciales para las comunidades afrodescendientes y étnicas, así como la gestión del Icetex, el instituto colombiano de crédito educativo. Uno de los puntos más álgidos de discordia se centra en la incoherencia percibida en las políticas del gobierno en materia de derechos de la mujer y la protección de la niñez víctima del conflicto armado. Colombia Renaciente expresa su profunda preocupación por decisiones gubernamentales que, según ellos, favorecen a los agresores en lugar de proteger a las víctimas. La decisión no fue tomada a la ligera. Colombia Renaciente realizó una consulta interna a su militancia, donde una amplia mayoría respaldó la opción de la independencia. Esta consulta democrática enfatiza el carácter orgánico de la ruptura, reflejando un descontento generalizado dentro del partido. La independencia de Colombia Renaciente no significa un retiro de la escena política nacional. El partido afirma su compromiso con las causas sociales y asegura que continuará apoyando las iniciativas gubernamentales que considere beneficiosas para la población. Sin embargo, también ejercerá un rol de oposición crítica, vigilando y denunciando las políticas que considere perjudiciales para el país. El partido reitera su enfoque en las necesidades de las regiones históricamente desatendidas, prometiendo fortalecer un enfoque diferencial en las políticas públicas, especialmente en temas de equidad, educación, paz y derechos de las comunidades étnicas. Se presenta como una voz independiente, pero constructiva, dispuesta a contribuir al debate nacional desde una perspectiva crítica pero responsable. Para el gobierno de Gustavo Petro, la salida de Colombia Renaciente representa un duro golpe político. La disminución del apoyo en el Congreso dificulta la gobernabilidad y revela tensiones internas dentro de la coalición gobernante. La decisión también podría generar un reordenamiento del mapa político colombiano, abriendo espacio para nuevas alianzas y configuraciones ideológicas. En conclusión, la decisión de Colombia Renaciente marca un punto de inflexión en la política colombiana. La ruptura con el petrismo, motivada por profundas discrepancias ideológicas y estratégicas, deja al gobierno de Gustavo Petro con un menor apoyo parlamentario y plantea interrogantes sobre el futuro de la coalición gobernante. La trayectoria de Colombia Renaciente como partido independiente será clave para observar la evolución del panorama político en los próximos años.