Análisis completo de la derrota de River Plate ante Independiente Rivadavia, incluyendo polémicas arbitrales, el desempeño del equipo y los incidentes posteriores al partido que marcaron el fin de sus aspiraciones al campeonato.
El jueves 21 de noviembre de 2024, River Plate sufrió una dura derrota ante Independiente Rivadavia en Mendoza, un resultado que marcó el fin de sus aspiraciones al campeonato de la Liga Profesional. La caída por 2-1, con un gol agónico del local en el tiempo de descuento, desencadenó un escándalo en el final del partido, con empujones, insultos y la expulsión de jugadores de ambos equipos.
El partido estuvo marcado por las controversias desde el inicio. Sebastián Villa abrió el marcador para Independiente Rivadavia con una gran jugada individual. River tuvo la posibilidad de empatar con un penal cobrado por el árbitro Nazareno Arasa por una mano, pero el VAR anuló la decisión por un fuera de juego previo de Pablo Solari. Sin embargo, el árbitro cobró otro penal a favor de River poco después, esta vez por una mano de Sheyko Studer, y Facundo Colidio lo convirtió para el 1-1.
El segundo tiempo fue un ida y vuelta con Armani, arquero de River, realizando varias atajadas cruciales. River intentó reaccionar con los cambios realizados por Marcelo Gallardo, quien introdujo a Mastantuono, Pity Martínez, Borja y Bareiro en busca del gol del triunfo. Sin embargo, en la última jugada del partido, Sebastián Villa asistió a Ezequiel Ham, quien marcó el gol del triunfo para Independiente Rivadavia.
El festejo de Villa desató la furia de los jugadores de River, provocando un enfrentamiento entre ambos planteles. El informe del árbitro indicó las expulsiones de Leandro González Pirez (River) y Lautaro Ríos (Independiente Rivadavia). Si bien Pity Martínez y Sebastián Villa también estuvieron involucrados en los incidentes, no fueron expulsados.
Tras el partido, Marcelo Gallardo, entrenador de River, mostró su descontento con el rendimiento del equipo y la actuación arbitral. También se refirió a los incidentes posteriores al partido, lamentando la reacción violenta de sus jugadores pero sin justificarla. El resultado dejó a River a 8 puntos de Vélez, líder del campeonato, a falta de 12 puntos en juego, sepultando definitivamente sus chances de obtener el título.
Este partido no solo significó una derrota deportiva, sino que también evidenció las tensiones y la frustración del equipo millonario ante una situación adversa que marcó un punto de inflexión en su temporada. La imagen final del partido, con la pelea y el escándalo, pasará a la historia como una nota negativa que opacará la actuación en general del equipo a lo largo de la liga.