¡Con nuestros niños no te metas!: Villarruel y Kicillof se enfrentan por libros en escuelas

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La vicepresidenta Victoria Villarruel y el gobernador Axel Kicillof protagonizan un nuevo enfrentamiento, esta vez por la inclusión de libros como "Cometierra" en las escuelas bonaerenses. Villarruel acusa al gobernador de promover contenido inapropiado para menores, mientras que Kicillof defiende la libertad de expresión y la importancia de la literatura argentina.

La controversia sobre la inclusión de libros en la currícula educativa bonaerense, y en particular la presencia de "Cometierra" de Dolores Reyes, ha escalado a un nuevo nivel con el enfrentamiento público entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y el gobernador Axel Kicillof. El conflicto se inició con la publicación de una fotografía de Kicillof leyendo "Cometierra", acompañada del texto: “Qué mejor que un domingo de lluvia para leer buena literatura argentina. Sin censura”. Esta publicación desató una andanada de críticas por parte de sectores cercanos a la Libertad Avanza, quienes cuestionaron el contenido de la novela, considerado por algunos como explícitamente sexual y no apto para menores. Villarruel fue una de las voces más críticas, respondiendo con un contundente: “¡Con nuestros niños no te metas!”. La vicepresidenta acusó al gobernador de promover la pedofilia y la sexualización de niños y adolescentes, señalando incluso otro libro presente en la foto, "Si no fueras tan niña", como evidencia de su alegato. Kicillof, por su parte, defiende la inclusión de "Cometierra" y otros libros en las bibliotecas escolares, argumentando que forman parte de una colección literaria y no de materiales de educación sexual integral (ESI). El director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, se ha sumado a la defensa, aclarando que estos libros son herramientas para docentes y bibliotecarios, no para la lectura obligatoria de los estudiantes. Señala que las críticas constituyen una forma de censura y un intento de generar miedo en los educadores. Incluso ha acusado a quienes lo critican de utilizar analogías alarmistas y exageradas, comparando la situación con la de un “pedófilo en un jardín de infantes con niños encadenados y cubiertos de vaselina”. La discusión se ha extendido más allá de Buenos Aires, con protestas y debates en provincias como Neuquén y Mendoza. La polémica ha revivido las discusiones preexistentes sobre la educación sexual integral, la censura en la literatura y el rol del Estado en la educación. El debate pone en relieve la tensión entre la libertad de expresión, la protección de los menores y la selección de materiales educativos adecuados. Las posturas enfrentadas entre Villarruel y Kicillof reflejan una profunda división ideológica en torno a estos temas y se vislumbran como un conflicto que continuará marcando la agenda política en las próximas semanas.
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