El partido entre Instituto y Rosario Central en Alta Córdoba fue un claro ejemplo de cómo un encuentro de fútbol puede ser un verdadero suplicio para los espectadores. La lucha y la falta de ideas se impusieron sobre el buen fútbol, dejando a ambos equipos con sensaciones amargas.

Instituto, necesitado de un triunfo para volver a meterse en la pelea por la Copa Sudamericana, no encontró la fórmula para vulnerar la defensa de Central. El Canalla, por su parte, mostró una imagen irregular y poco convincente, sin generar peligro real en el arco rival.

La cancha, con un césped alto que dificultaba el desarrollo del juego, también jugó un papel importante en el pobre espectáculo que se vio. Los jugadores de ambos equipos se vieron limitados en sus movimientos, lo que se tradujo en un fútbol lento, sin ritmo y con pocas ocasiones de gol.

El empate sin goles dejó a Instituto a tres puntos de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana, mientras que Central sigue en la irregularidad, sin encontrar un rumbo definido. El partido fue un verdadero bostezo para los fanáticos del fútbol, un encuentro para el olvido.