En un nuevo capítulo de la escalada de tensiones en Medio Oriente, Israel ha llevado a cabo una serie de ataques aéreos contra objetivos militares en Irán, en respuesta a los ataques con misiles balísticos que sufrió el 1 de octubre. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la operación, describiéndola como una “respuesta precisa” a las “acciones agresivas” de Irán.
Las explosiones, que se escucharon en la madrugada del sábado en Teherán y la ciudad de Karaj, donde se encuentra una de las plantas nucleares iraníes, han generado un clima de incertidumbre y temor de que la situación pueda escalar aún más.
Los medios iraníes reportaron que “cinco explosiones se escucharon en Teherán y en la cercana ciudad de Karaj”, mientras que The New York Times señaló que las explosiones en la capital iraní ocurrieron cerca del aeropuerto internacional Iman Khomeini.
La Casa Blanca informó que fue previamente notificada por Israel antes del bombardeo, y el vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense aclaró que el ejército estadounidense no tuvo ninguna implicación en el ataque. “Entendemos que Israel está llevando a cabo ataques selectivos contra objetivos militares en Irán en defensa propia, en respuesta al ataque con misiles balísticos contra Israel el 1 de octubre”, dijo el vocero.
Israel ha justificado la acción alegando que se trata de una respuesta a los ataques continuos del régimen iraní contra el Estado de Israel en los últimos meses. El vocero de las FDI, Daniel Hagari, afirmó que “como cualquier otro país soberano del mundo, el Estado de Israel tiene el derecho y el deber de responder. Nuestras capacidades defensivas y ofensivas están plenamente movilizadas”.
El ataque se produce en un contexto de tensiones exacerbadas por la guerra en Gaza entre Israel y Hamas, así como por la extensión del conflicto al vecino Líbano, donde el ejército israelí se enfrenta a Hezbollah. Ambos grupos islámicos son apoyados por Irán, que ha hecho del apoyo a la causa palestina un pilar de su política exterior.
Irán había alegado que los misiles disparados contra Israel el 1 de octubre fueron en represalia por el asesinato por parte de Israel de un comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, que estaba acompañando al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en ese momento.
La magnitud y todos los objetivos específicos del ataque israelí aún no están claros, pero el clima de tensión en la región no hace más que aumentar la incertidumbre sobre las consecuencias de esta acción.
La comunidad internacional observa con preocupación la escalada de la situación y pide un cese de las hostilidades. El destino de la región está en juego, y el mundo aguarda con ansiedad para ver cómo se desarrolla la situación.