El fútbol, ese deporte que se reinventa partido a partido, nos regaló una sorpresa mayúscula en la Copa Argentina. Central Córdoba de Santiago del Estero, un equipo que inició la temporada con una seguidilla de tropiezos, se convirtió en protagonista de la gran final, tras eliminar a un Huracán que llegaba con la ilusión de pelear por el título.
El Ferroviario, que comenzó el torneo con ocho derrotas en las primeras nueve fechas, sufrió una metamorfosis bajo la dirección de Omar De Felippe. El experimentado entrenador, que llegó al club en la novena fecha, logró un cambio radical en el equipo, que encadenó 12 partidos sin conocer la derrota, un proceso de resurrección que lo llevó a la cúspide de la Copa Argentina.
El partido ante Huracán fue un verdadero reflejo de la resiliencia del equipo santiagueño. A pesar de empezar abajo en el marcador, tras un golazo de De La Fuente, Central Córdoba se repuso con la garra y la habilidad de sus jugadores, quienes encontraron el empate gracias a Atencio y la definición certera de Florentín para dar vuelta el resultado.
De Felippe, el arquitecto de este renacimiento, supo encontrar la fórmula para convertir a Central Córdoba en un equipo sólido, compacto y ordenado, con un rigor táctico que desdibujó a Huracán. “Estábamos mal y nos juntamos entre todos para hablar. Les rompimos mucho las bolas a los chicos y, con nuestras limitaciones, nos preparamos para ser mejores. Nos divertimos mucho. No hay que tener miedo, hay que creer. No tengo mucho marketing, pero acá el humo a veces se apaga con agua”, comentó De Felippe, un líder que supo transmitir la confianza y la pasión que se necesita para lograr una hazaña como esta.
El Ferroviario, que ya había dejado en el camino a Quilmes, Estudiantes, Newell’s, Temperley y ahora Huracán, se ganó un lugar en la final, una instancia a la que había llegado en 2019, cuando cayó ante el River de Marcelo Gallardo. Ahora, con una ilusión renovada, irá por la revancha contra el ganador de la serie entre Boca y Vélez.
La historia de Central Córdoba es una muestra de que en el fútbol todo es posible. Un equipo que parecía destinado a la mediocridad, se convirtió en un gigante que desafía a los grandes y sueña con alcanzar la gloria. La Copa Argentina nos regaló un cuento de hadas con protagonistas que inspirarán a muchos.