En una noche llena de emoción y reconocimiento a la industria cinematográfica argentina, Graciela Borges recibió el Martín Fierro al Ícono del cine argentino en la primera edición de los premios. La entrega del galardón estuvo a cargo de la talentosa Natalia Oreiro, quien conmovió al público con unas sentidas palabras para la diva: "Sos parte de la memoria y del presente de nuestro cine", afirmó la actriz uruguaya. "Iluminás la pantalla. Y nosotros, simples mortales, quedamos enamorados contemplando tanta belleza y talento", agregó. Al subir al escenario, Graciela Borges, con la misma elegancia y fuerza que la caracteriza, pronunció un discurso conmovedor, pidiendo que se respetara la libertad creativa de los cineastas argentinos: "No nos digan cómo tenemos que hacer cine. Sabemos hacer cine". Su mensaje, cargado de pasión y nostalgia, se dirigió a quienes intentan imponer reglas y limitaciones al cine nacional: "Que no nos digan más cuántos espectadores tenemos que meter para ser buenos", afirmó con determinación. La leyenda del cine argentino, remarcó el trabajo y esfuerzo que hay detrás de cada película: "Luchamos mucho por el cine. Garra, corazón y nervio, como dicen en el fútbol. Y no bajemos los brazos. Sino no vamos a poder seguir haciendo esto, porque el mundo está lleno de imágenes de cine argentino. Y a veces parece que olvidaran eso". En una clara crítica a la falta de apoyo y al excesivo control, Graciela Borges se preguntó: "Que nos hicieran dar todo el tiempo pruebas, pruebas, pruebas de qué grande somos. En el mundo, el cine argentino está colocado de una manera impresionante. Lo sabemos. Ganamos premios en festivales, pero en realidad lo que más amamos es hacerlo, que nos dejen hacerlo, que nos dejen contar lo que queremos". El discurso de Graciela Borges no solo fue una reflexión sobre el presente del cine argentino, sino también un llamado a la acción: a defender la libertad creativa, a no dejar que el cine nacional sea condicionado por reglas y exigencias externas. Su mensaje resonó con fuerza en el público presente, recordando la importancia del cine argentino y la necesidad de apoyarlo y dejarlo florecer en libertad.