La vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, inauguró un busto de Isabel Perón en el Senado, generando controversia por su pasado político y la elección del Día de la Lealtad para el acto. La decisión de Villarruel, conocida por su postura revisionista sobre la dictadura, ha reavivado el debate sobre la memoria histórica del país.
La vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, ha generado polémica al inaugurar un busto de Isabel Perón en el Salón de las Provincias del Senado, en un acto celebrado el 17 de octubre, Día de la Lealtad. La elección del momento y la figura homenajeada, junto con el pasado político de Villarruel, han reavivado el debate sobre la memoria histórica del país.
Villarruel, conocida por su postura revisionista sobre la dictadura y su defensa de los militares involucrados en la última dictadura, ha sido criticada por sus seguidores por su elección de Isabel Perón como figura a homenajear. Algunos de ellos han acusado a la exmandataria de ser “una bataclana puesta a dedo por el Dictador Perón” y de haber llevado al país “al borde de una Guerra Civil”. Otros han destacado que la gestión de Isabel Perón, que asumió la presidencia tras la muerte de Juan Domingo Perón en 1974, estuvo marcada por la inestabilidad política y social, así como por el aumento de la violencia entre guerrillas y grupos paramilitares como la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que actuaba bajo su gobierno.
El acto ha sido visto como un intento de Villarruel por reivindicar la figura de Isabel Perón y desvalorar el Día de la Lealtad, que se celebra en conmemoración de la movilización de miles de trabajadores en 1945 que exigieron la liberación de Juan Domingo Perón, consolidando su liderazgo y el nacimiento del movimiento peronista.
La elección de Isabel Perón, una figura controvertida debido a su vínculo con el peronismo y su ineficaz manejo del país en tiempos críticos, como referente para un acto de reparación histórica ha sido vista como un intento de Villarruel por construir una narrativa propia sobre el pasado, con un enfoque que se aleja de la memoria predominante que pone el énfasis en los crímenes de la dictadura. La coincidencia ideológica entre Villarruel y Isabel Perón en cuanto a su enfoque represivo contra los grupos de izquierda, a los que se les llamaba “subversivos”, ha reavivado las críticas hacia la vicepresidenta y ha despertado la inquietud sobre la posibilidad de una nueva ola de revisionismo histórico en Argentina.
La inauguración del busto de Isabel Perón en el Senado, en medio de un contexto político polarizado y con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, ha generado un fuerte debate sobre la memoria histórica y la necesidad de un diálogo nacional que permita construir una visión compartida del pasado.