Otilia Acuña, una de las Madres de Plaza de Mayo más emblemáticas de Santa Fe, dejó de luchar este martes a los 104 años. Su vida estuvo marcada por la búsqueda incansable de justicia por su hija Nilda Elías, asesinada durante la última dictadura militar, y por su compromiso con la memoria y los derechos humanos. Su partida deja un vacío profundo en la lucha por la verdad, la justicia y la memoria.
Otilia nació en la provincia de Santa Fe y, desde temprana edad, se involucró en la vida social y política de su comunidad. Durante la dictadura militar, su hija Nilda, una docente y militante social, fue secuestrada, torturada y asesinada el 11 de abril de 1977. La pérdida de su hija marcó un antes y un después en la vida de Otilia, convirtiéndola en una luchadora incansable por la justicia y la memoria.
En 1977, Otilia se unió a las Madres de Plaza de Mayo, una organización que buscaba justicia por los desaparecidos durante la dictadura militar. Otilia se convirtió en una de las voces más fuertes del movimiento, participando activamente en las marchas y reclamando justicia por su hija y por todos los desaparecidos.
Otilia no se cansó nunca de luchar por la verdad. En 2014, a la edad de 92 años, se presentó como testigo en un juicio de lesa humanidad en Santa Fe, aportando pruebas del asesinato de su hija Nilda y denunciando a los responsables de su muerte. Su testimonio fue fundamental para que la justicia se hiciera presente y se reconociera la crueldad de la dictadura.
Otilia no solo luchó por la justicia, sino que también se dedicó a honrar la memoria de su hija Nilda. Se encargó de cuidar a sus nietos, que quedaron huérfanos tras la muerte de su madre, y se convirtió en una referente para la lucha por los derechos humanos en Santa Fe.
En 2003, durante la inundación que azotó Santa Fe, Otilia rescató las cenizas de su hija Nilda de su casa inundada. Este gesto refleja la profunda conexión que Otilia tenía con su hija y su determinación por preservar su memoria.
La muerte de Otilia es una pérdida irreparable para la lucha por la justicia y la memoria. Su legado se mantendrá vivo en el corazón de todos los que lucharon junto a ella por un futuro más justo y equitativo. Su lucha incansable por la verdad y la justicia será un faro para las generaciones futuras.