La historia de Luis Eduardo Arigón Castel, un hombre de familia, apasionado por la música, la literatura y el fútbol, se entrelaza con la lucha de su familia por la verdad y la justicia. Desaparecido durante la dictadura cívico-militar, su memoria se mantiene viva a través de los recuerdos de sus hijas y su esposa.

Nacido en 1926, Luis Eduardo era un hombre de convicciones profundas. Su pasión por el fútbol lo llevó a ser un ferviente hincha de Liverpool, un sentimiento que no solo se reflejaba en su hogar, donde colgaba un banderín de su equipo, sino también en sus salidas familiares al estadio. Era un hombre culto, que disfrutaba de la música clásica, tocaba la guitarra y el violín, y compartía su pasión por la lectura con su familia.

Pero la vida de Luis Eduardo no se reducía solo a sus gustos personales. Fue un militante activo del Partido Comunista Uruguayo, involucrado en la lucha por la justicia social y la democracia. Durante la dictadura, su compromiso político lo llevó a ser perseguido y detenido en varias ocasiones. En 1977, fue detenido por última vez y desde entonces, su familia no supo nada más de él.

La lucha por saber qué le había pasado a Luis Eduardo se convirtió en un dolor constante para su esposa, Sara Barroca Bear, y sus hijas, Estrella y Sabina. Sara, junto a otras mujeres de familiares desaparecidos, fundó el grupo Familiares, dedicado a buscar la verdad y la justicia para sus seres queridos. Años después, los restos de Luis Eduardo fueron encontrados en el Batallón 14, un lugar donde la dictadura cívico-militar llevó a cabo innumerables crímenes.

La historia de Luis Eduardo Arigón Castel es una historia de lucha, de compromiso y de amor. Un homenaje a un hombre que nunca olvidó sus ideales y que, a pesar de las dificultades, siempre buscó la justicia. Un recuerdo a un hincha de Liverpool que, a pesar de su desaparición, sigue presente en el corazón de su familia.