En un hecho alarmante y perturbador, se registró recientemente un incidente en el cual grupos de civiles armados causaron daños en más de una decena de puntos de vigilancia en la región. Lo más preocupante de este suceso es que ocurrió sin la intervención de los cuerpos de seguridad, poniendo en evidencia una falta de protección y control en la zona. Los puntos de vigilancia son elementos fundamentales para garantizar la seguridad y el orden en una comunidad. Estos puntos estratégicamente ubicados permiten monitorear y prevenir situaciones de riesgo, brindando tranquilidad a la población. Sin embargo, en esta ocasión, fueron objeto de acciones destructivas por parte de grupos de civiles armados. Resulta preocupante que ciudadanos armados estén tomando la justicia por sus propias manos y actuando al margen de la ley. Esto revela una falta de confianza en las autoridades y una sensación de impunidad que no puede ser tolerada en un Estado de derecho. Es responsabilidad de las instituciones garantizar la seguridad de los ciudadanos y tomar medidas contundentes para resolver esta situación. Es necesario destacar que la crítica hacia los cuerpos de seguridad no implica una deslegitimación de su labor. Reconocemos el trabajo que realizan en condiciones muchas veces difíciles. Sin embargo, es importante señalar y demandar mejoras en sus protocolos de actuación y en su capacidad para prevenir y controlar situaciones como la antes mencionada. Es fundamental fortalecer la confianza entre la población y las fuerzas de seguridad, fomentando la transparencia y asegurando la rendición de cuentas. La ciudadanía debe sentirse protegida y respaldada por sus autoridades, y para lograrlo es necesario que se tomen medidas inmediatas para abordar este problema. La impunidad y el accionar de grupos de civiles armados no pueden convertirse en la norma. Como sociedad, debemos exigir que se cumpla el Estado de derecho y se garantice la seguridad de todos los ciudadanos en igualdad de condiciones. Solo así podremos construir una sociedad justa y pacífica en la que podamos confiar en nuestras instituciones y vivir en armonía.