Las señales rojas de la pobreza en la era Milei: un análisis de la crisis en Argentina

Comentarios · 50 Puntos de vista

Argentina atraviesa una crisis económica que ha disparado la pobreza. Este artículo analiza las últimas cifras del INDEC y las causas de la situación, centrándose en las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei. Se explora el impacto en los ingresos, la inflación y la actividad económica, y se proyectan las posibles consecuencias.

Ingresos congelados y actividad planchada: las red flags de la pobreza de la era Milei

Los últimos datos del INDEC confirman un aumento alarmante, con casi 5 millones de personas más bajo el umbral de pobreza desde diciembre. Las señales de una posible mejora son todavía inciertas.

“En el segundo trimestre, la pobreza bajó al 51,0%, lo que implica una desaceleración del 3,8%”, tuiteó la ministra Sandra Pettovello. El comunicado oficial sostuvo que “la pobreza tuvo su pico máximo en el primer trimestre de 2024, alcanzando el 54,8%, y comenzó a descender hasta el 51% en el segundo trimestre”. Agregó que “se espera que esta tendencia continúe durante los próximos trimestres”.

La mirada lineal es que lo peor ya pasó y que, a medida que la inflación baje y los ingresos se recuperen, la pobreza bajará. Incluso así, cuesta digerir el salto que mostró el indicador en el primer semestre: hay 24,5 millones de pobres. La pobreza escaló desde el 41,7% de diciembre al 52,9% de junio. Eso significa que unas 5,2 millones de personas se sumaron a la enorme masa de población que no reúne los ingresos necesarios para cubrir la canasta mínima de bienes y servicios.

Casi 3 millones de personas cayeron en la indigencia, que trepó desde el 11,9% de fin de año al 18,1%. A pesar de que el Gobierno más que duplicó el monto de la AUH para capear la crisis de ingresos que la devaluación de diciembre aceleró, 8,3 millones de personas no reunieron recursos elementales para comer.

Al ver la serie histórica se toma la dimensión de la tragedia inflacionaria del último tramo de gobierno del Frente de Todos: en dos años, la indigencia saltó diez puntos, o 123%. La pobreza en la población de hasta 17 años trepó 9 puntos en seis meses, hasta el 67,1%. Si bien la población de más de 65 años sigue siendo la de mejor cobertura, la indigencia entre los adultos mayores saltó del 2,6% al 4% y la pobreza, desde el 17,6% al 29,7%.

Los datos se conocen cuando todavía humea el asado de Olivos con los diputados que ratificaron el veto al aumento extra en las jubilaciones. Con esta foto, el Gobierno necesita que la inflación baje más y que la economía empiece a funcionar. Hay señales brumosas en ambos frentes.

La inflación

Ese pico de pobreza del 54% del primer trimestre que el Gobierno busca anclar como punta del tobogán se dio en el peor momento de los salarios y con la inflación todavía en dos dígitos mensuales. Desde entonces, los ingresos recuperaron algo de terreno, pero la inflación se estabilizó en el rango del 4% a partir de mayo. Recién este mes perforaría ese número, por la baja del impuesto PAIS a las importaciones.

Federico Pastrana, economista de la consultora C-P, notó que, en paralelo, la recuperación salarial que había arrancado en mayo se frenó. “La recuperación del salario real de mayo y junio, con paritarias al 6,5% e inflación al 4%, pareciera haber llegado a un límite”, describió en un informe. “En julio y agosto, la variación mensual nominal del promedio de paritarias fue de 4,2%”, continuó. En agosto, con una inflación que no baja del 4%, los salarios se estancaron y la recuperación encontró un límite”, concluyó.

El freno en la desinflación también interrumpió la recomposición de las jubilaciones que ahora indexan por IPC: “Se interrumpe el proceso de recuperación de jubilaciones que se inició con el cambio de fórmula”, indicó C-P.

La actividad

El índice de Confianza del Consumidor que elabora UTDT se corresponde bastante bien con el humor social y político. El indicador mostró en septiembre una baja del 5,92% mensual, la segunda del año pero la más profunda. Según el reporte, la caída fue del 11,68% mensual en los hogares de menores ingresos y de solo 0,13% en los de ingresos altos. “La caída fue mayor en Expectativas Futuras que en las Condiciones Presentes, lo que denota que en septiembre subió la preocupación por la trayectoria macroeconómica y el largo plazo”, se lee en el informe.

Esa caída en las expectativas linkea con el estancamiento que se observa en la economía. Este miércoles, el ministro de Economía, Luis Caputo, festejó que el INDEC reportó que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) creció 1,7% mensual. Era, de nuevo, un dato esperable, que habían anticipados distintos reportes sectoriales privados, y que se explica en parte por el bajo nivel de actividad de junio.

El problema es que en agosto volvieron los números intermensuales negativos. Equilibra estimó que la actividad cayó 0,4% mensual en agosto. Encontró, también, que el rebote del agro dejó de traccionar, que la actividad habría caído 4,5% interanual. “Mantenemos nuestra proyección de una contracción promedio de 3,5% del PBI para 2024”, afirmó.

El Indicador General de Actividad (IGA) de la consultora Ferreres mostró una caída del 0,6% mensual y del 5,6% anual en agosto. El comercio cayó 9,1% anual, “afectado por una caída del consumo más persistente a lo anticipado”, aseveró la firma que dirige el exasesor presidencial Fausto Spotorno.

Consultores y empresarios coinciden en que la recuperación sería lenta y heterogénea. La contracara es que, en el mejor de los casos, los once puntos adicionales de pobreza que gatillaron las políticas económicas de ajuste y desinflación se revertirán muy de a poco.

Comentarios