Boca: La increíble historia de Benetti y el Maestro Tabárez

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Descubre la historia de Claudio Benetti, el jugador de Boca que se convirtió en héroe gracias a un gol histórico y a la influencia del Maestro Tabárez, quien lo preparó para el éxito dentro y fuera de la cancha.

El nombre de Claudio Benetti está ligado para siempre al gol que le dio a Boca Juniors el título de campeón en 1991, poniendo fin a una sequía de once años. Pero detrás de ese momento de gloria, se esconde una historia de superación, disciplina y la mano de un maestro: Óscar Washington Tabárez.

Benetti, un joven de apenas 19 años, se encontraba en la Primera División de Boca, pero no solo tenía que lidiar con la presión del fútbol profesional, sino también con la incomodidad de enfrentar a los periodistas. La timidez lo invadía cada vez que le tocaba hablar, y eso no pasaba desapercibido para Tabárez, quien se propuso transformarlo en un jugador completo, tanto en la cancha como frente a las cámaras.

"Usted lea las primeras diez páginas de este libro y mañana me dice qué entendió", le ordenó el Maestro. Al día siguiente, en un rincón del vestuario, Tabárez se convirtió en un profesor de lenguaje para el joven Benetti, exigiéndole que buscara sinónimos para evitar las frases clichés que caracterizaban a la mayoría de los futbolistas. "Piense y busque variantes -insistía-; esto es como el fútbol, que cuando le tapan una jugada usted tiene que buscar otra".

El 20 de diciembre de 1991, el destino le dio la oportunidad a Benetti. Entró al campo por la lesión de José Luis Villarreal y marcó el gol del empate ante San Martín de Tucumán, un tanto que le permitió a Boca coronarse campeón. La euforia invadió la Bombonera, Benetti se convirtió en un héroe y su nombre resonó en los medios de comunicación. Y no solo eso, también fue invitado al programa de Mirtha Legrand, algo que nunca imaginó.

"Me había enseñado a sentarme en la mesa, a comer con dos o tres cubiertos, y yo en Córdoba apenas tenía una cuchara y un vaso", recuerda Benetti sobre la influencia de Tabárez. El Maestro, un verdadero mentor, no solo se preocupaba por el fútbol, sino también por la educación y la formación de sus jugadores. Incluso, antes de la pretemporada, le preguntó a Benetti en qué había gastado el premio por el campeonato: "Cuando le dije que había comprado un departamento me dejó subir al micro; a otro, que se había comprado un auto, le dijo que tenía que venderlo".

La influencia de Tabárez en la vida de Benetti trasciende la cancha. Hoy, trabaja en un Centro Deportivo en Aldo Bonzi, buscando sacar a los chicos de la calle y solo les pide una cosa: que estudien. Un legado que demuestra que el Maestro, más allá de un apodo, fue una profesión, una vocación que marcó la vida de sus jugadores, incluso más allá de la gloria del fútbol.

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