El Papa Francisco en Timor Oriental: Un llamado a la esperanza y la humildad
El Papa Francisco ha concluido su visita a Timor Oriental, tercera etapa de su viaje a Asia y Oceanía. En este país, considerado el más católico del mundo después del Vaticano, el Santo Padre se reunió con obispos, religiosos y religiosas, y con la población en general, dejando un mensaje de esperanza, humildad y servicio a los más necesitados.
El papa Francisco, que eligió el español para sus discursos en este país donde la segunda lengua oficial es el portugués, destacó la importancia de “amar la pobreza” y no dejarse tentar por la “soberbia y el poder”. Esta llamada a la humildad resonó con fuerza en un país que se halla entre los más pobres del mundo.
En su encuentro con los religiosos, Francisco les instó a ser cercanos al pueblo y no sentirse superiores a ellos. Les recordó que su ministerio no es un prestigio social, sino un servicio a los más necesitados. “Amen la pobreza como a su esposa, el ejemplo tiene que ser el cura pobre”, les dijo.
El Papa también hizo un llamado a respetar la cultura local, pero a purificarla siempre a la luz del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia. Les animó a difundir “el perfume del Evangelio” que “necesita ser difundido contra todo lo que humilla, degrada e incluso destruye la vida humana; contra las plagas que generan vacío interior y sufrimiento, como son el alcoholismo, la violencia y la falta de respeto a la dignidad de la mujer”.
La visita del Papa a Timor Oriental ha sido recibida con entusiasmo por la población. Decenas de miles de personas se congregaron en las calles para verlo pasar y escuchar sus palabras. Su mensaje de esperanza y humildad ha resonado con fuerza en este país que busca construir su futuro sobre bases sólidas de fe, servicio y respeto por la dignidad humana.
El papa Francisco asiste a un encuentro con obispos y sacerdotes en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Dili (Timor Oriental). EFE/Alessandro Di Meo
La visita del papa Francisco a Timor Oriental se suma a su gira por Asia y Oceanía, donde ha visitado también Mongolia y Singapur. En cada uno de estos países, el Papa ha dejado un mensaje de esperanza, paz y diálogo interreligioso.
