En un movimiento que busca aliviar la presión sobre la economía argentina, el gobierno anunció la reducción del Impuesto PAIS para las importaciones a partir del próximo lunes. Esta medida, que impactará directamente en el precio de los productos importados, busca reactivar el consumo y combatir la inflación, aunque también genera interrogantes sobre su impacto a largo plazo.

La reducción del impuesto PAIS del 17,5% al 7,5% se aplica a la importación de bienes y fletes, pero no afectará al dólar tarjeta, que se mantiene con un recargo para el turismo y las compras en el exterior. Este último punto es clave para entender la estrategia del gobierno, que busca estimular las importaciones para la producción nacional sin incentivar el consumo de bienes y servicios en el exterior.

Los especialistas anticipan un impacto directo en los precios de los productos importados, con una reducción que podría traducirse en una disminución del Índice de Precios al por Mayor (IPIM). Esto, a su vez, podría generar un efecto positivo en la inflación general, aunque la magnitud y la duración de este efecto aún son inciertas.

Además de la reducción del impuesto PAIS, el gobierno está trabajando en la reducción de aranceles para insumos básicos importados, con el objetivo de mejorar la competitividad de la industria nacional. Esta medida complementaria busca consolidar la estrategia de reactivar la economía desde el lado de la producción.

Sin embargo, la reducción del impuesto PAIS también genera preocupación entre algunos sectores. La disminución de los ingresos fiscales podría complicar la situación fiscal del país, especialmente en un contexto de alta inflación y deuda externa. Además, la decisión de no tocar el dólar tarjeta podría generar una distorsión en el mercado cambiario, al incentivar las importaciones mientras se limita el acceso al dólar para el turismo y las compras en el exterior.

En definitiva, la reducción del impuesto PAIS para las importaciones es una medida con impacto directo en la economía argentina. Su éxito dependerá de la forma en que se implemente y de cómo se conjuguen las políticas económicas para aprovechar sus posibles beneficios y mitigar sus riesgos.