El US Open 2024 no solo vio el final del camino de Diego Schwartzman en el torneo, sino que marcó el cierre de un capítulo importante en la carrera del argentino. Con lágrimas en los ojos y un corazón repleto de emociones, el 'Peque' se despidió del público en su último partido en un Grand Slam, cayendo en la primera ronda ante el francés Gaël Monfils.
La derrota ante Monfils, que había vencido a Carlos Alcaraz en el Masters 1000 de Cincinnati, pasó a un segundo plano. Lo que realmente conmovió a todos fue el homenaje que recibió Schwartzman. Una multitud de más de 8.000 espectadores lo despidió con aplausos y gritos de 'Diego, Diego', en un reconocimiento al tenista que marcó una época en el tenis argentino.
Schwartzman, que se retira del tenis profesional a principios del próximo año, luchó con valentía en el primer set, llevándose la victoria por 6-7 (2/7) luego de salvar dos pelotas de set de Monfils. Sin embargo, la energía del argentino se fue agotando a medida que avanzaba el encuentro, cediendo los siguientes parciales por 6-2, 6-2 y 6-1 tras dos horas y 42 minutos de juego.
Al finalizar el partido, Schwartzman, visiblemente emocionado, se dirigió a la multitud con un discurso conmovedor. "Es difícil hablar, soy alguien que llora mucho", admitió el argentino, con las lágrimas corriendo por su rostro. "Se supone que no debo llorar, debo ser fuerte, pero son momentos muy especiales", mencionó al referirse al vídeo que había preparado la organización con sus mejores momentos en Flushing Meadows.
El tenista de 32 años, que llegó a ocupar el octavo puesto en el ranking mundial, agradeció el apoyo del público: "Jugué aquí 11 años seguidos, y lo hice bastante bien. Los aficionados me cuidaron mucho estos años, no se si lo merezco pero estoy muy agradecido", añadió.
Schwartzman, quien ha conquistado cuatro títulos de la ATP a lo largo de su carrera, se despide del US Open con la satisfacción de haber dejado una huella imborrable en el torneo. Su dedicación, pasión y talento lo convirtieron en un ídolo para muchos, y su despedida fue un claro testimonio del cariño y respeto que se ganó en el corazón de los aficionados del tenis.