La imagen fue fuerte y trajo malos recuerdos: apenas 10 minutos después de haber ingresado, Rodrigo Aliendro se retiraba del campo de juego corriendo, acompañado de uno de los médicos, directo hacia el vestuario. El parte no tardó en llegar: al igual que el 20 de agosto del año pasado, en un 2-3 contra Argentinos, había sufrido una luxación en el hombro izquierdo. Y por ese antecedente, ahora la situación requiere de otro tipo de análisis.

Por eso, luego del día libre de este lunes, se espera que el martes el cuerpo médico evalúe lo que arrojaron las radiografías y constate cómo se encuentra el volante para decidir los pasos a seguir. En rigor, esto es si conviene operarlo teniendo en cuenta lo sucedido hace prácticamente un año y si la situación lo amerita o si se determina un tratamiento de rehabilitación fisiokinésica, como ya hizo en el pasado.

Por otro lado, los estudios por imagen le darán más precisiones al parte, como por ejemplo si hay un compromiso ligamentario, algo que se evitó el año pasado y permitió sortear la operación: la lesión terminó siendo una ruptura completa del tendón del pectoral mayor izquierdo (es el que se inserta en el húmero, debajo de la axila), que lo dejó más de un mes fuera de las canchas.

La desafortunada jugada de Aliendro se dio sobre el final del partido, cuando se tiró a barrer a Francisco González contra el lateral. Ahí, cayó con todo el peso del cuerpo sobre su brazo izquierdo, que había quedado tendido. Rápidamente supo de qué se trataba y fue por eso que le pidió el cambio a Gallardo, quien metió a Rodrigo Villagra en su lugar cuando se jugaba el segundo minuto del tiempo adicionado.

Ahora, habrá que ver cuánto tiempo de recuperación le demanda esta nueva lesión y también cómo regresa, especialmente considerando que en menos de un mes arrancan los cuartos de final de la Copa Libertadores con la serie frente a Colo Colo y que, en el medio, vendrá el superclásico en la Bombonera por el torneo local.