La pandemia del COVID-19 ha sacudido los cimientos de la política en Cuyo y en todo el país. La llegada de este virus ha obligado a los gobiernos locales y nacionales a tomar medidas drásticas para proteger la salud de la población y evitar la propagación masiva del virus. Sin embargo, estas decisiones no han estado exentas de controversia y han dado lugar a importantes debates políticos. Uno de los aspectos políticos más impactados ha sido la gobernabilidad. Los líderes políticos se han visto enfrentados a la difícil tarea de equilibrar la protección de la salud pública con las necesidades económicas y sociales de la población. Algunos han recibido críticas por la forma en que han manejado la situación, mientras que otros han sido elogiados por su respuesta rápida y eficaz. La pandemia también ha afectado la dinámica de las elecciones y la legitimidad de los procesos electorales. Muchos países, incluyendo Argentina, han tenido que retrasar o modificar sus elecciones para adaptarse a las nuevas circunstancias. Esto ha generado preocupación y ha planteado interrogantes sobre la transparencia y la validez de los comicios. Además, la crisis sanitaria ha servido como una especie de termómetro político, revelando las fortalezas y debilidades de los sistemas de gobierno. Algunos líderes han logrado ganarse la confianza del pueblo a través de una comunicación clara y acciones decisivas, mientras que otros han sido criticados por su falta de liderazgo y por la falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. En resumen, la pandemia ha tenido un impacto significativo en todos los aspectos políticos, desde la gobernabilidad hasta las elecciones y la credibilidad de los líderes políticos. A medida que nos recuperamos de esta crisis, es importante reflexionar sobre las lecciones aprendidas y buscar formas de fortalecer nuestros sistemas políticos para enfrentar los desafíos futuros.