Según la arqueóloga Ana Cecilia Mauricio, es un error pensar que las culturas ancestrales del Perú desaparecieron por completo debido a un fenómeno climatológico. Existe evidencia arqueológica que demuestra que estas culturas lograron adaptarse y sobrevivir a los cambios ambientales a lo largo de los siglos. La capacidad de adaptación de estas culturas se debe a su profundo conocimiento y comprensión de su entorno natural. A través de estrategias agrícolas y tecnológicas avanzadas, estas sociedades lograron aprovechar los recursos disponibles y crear sistemas de gestión del agua y la tierra para garantizar su supervivencia. Además, estas culturas ancestrales también desarrollaron sistemas de organización política y social complejos. Sus estructuras de gobierno, como las ciudades-estado y los imperios, les permitieron mantener un orden y una estabilidad interna a pesar de los desafíos externos. Es importante reconocer el legado de estas culturas ancestrales y valorar su capacidad de adaptación y organización. Negarles su capacidad de supervivencia solo perpetúa estereotipos y prejuicios sobre los pueblos indígenas. La historia y el legado de estas culturas merecen ser reconocidos y celebrados por su contribución al desarrollo y la diversidad cultural del Perú.