La madre de la víctima se convirtió en su salvadora al recibir una llamada desesperada de su hija. La joven le informó que había logrado huir de su pareja, quien estaba intentando quitarle la vida. La valiente acción de la víctima al escapar y la rápida reacción de la madre al alertar a las autoridades contribuyeron a evitar una tragedia en el hogar. Este caso de violencia de género nuevamente pone de manifiesto la necesidad de poner fin a este tipo de actos violentos contra las mujeres. La sociedad en su conjunto, y especialmente las autoridades, deben trabajar de manera decidida y efectiva para erradicar esta problemática. El rol de la madre en este caso es destacable, ya que su acción alertando a las autoridades fue crucial para proteger a su hija. Sin su rápida respuesta y su decisión de denunciar el hecho, el desenlace podría haber sido fatal. Este acto de valentía y amor de una madre por su hija debe ser reconocido y valorado. Es necesario que, además de la prevención de la violencia de género, se brinde el apoyo necesario a las víctimas. Es fundamental que las mujeres que se encuentran en situaciones de riesgo puedan contar con una red de contención y protección. Asimismo, es imperativo que los agresores sean identificados, sancionados y sometidos a un proceso de reeducación que les impida repetir estos actos. En el ámbito político, es fundamental que los gobiernos y los legisladores tomen medidas concretas y efectivas para combatir la violencia de género. Esto implica la implementación de políticas públicas que promuevan la educación en igualdad desde temprana edad, la creación de refugios seguros para las víctimas y la capacitación de los profesionales que intervienen en estos casos. La sociedad en su conjunto debe comprometerse en la erradicación de la violencia de género. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir una sociedad más igualitaria y respetuosa, donde las mujeres vivan libres de violencia y temor.