Imagina un animal cubierto de escamas y con una apariencia similar a un armadillo. Así es el pangolín, un mamífero asombroso que habita en algunos países de África y Asia. Aunque podría parecer un personaje salido de la ficción, el pangolín es real y enfrenta la grave amenaza del tráfico ilegal. Una de las características más destacadas del pangolín es su cuerpo cubierto de escamas duras y queratinizadas, un elemento similar a las uñas humanas. Estas escamas no solo lo protegen de los posibles depredadores, sino que también le dan una apariencia única entre los animales. Además, el pangolín tiene una lengua extensible que puede llegar a medir hasta 40 centímetros y que utiliza para atrapar hormigas y termitas, su alimento principal. El hábitat natural del pangolín varía dependiendo de la especie. Algunos viven en bosques tropicales, mientras que otros prefieren las áreas secas y arenosas. Suelen escavar madrigueras en el suelo y son animales nocturnos, lo que dificulta aún más su avistamiento. Lamentablemente, el pangolín se encuentra actualmente en peligro crítico de extinción debido a la caza furtiva y al tráfico ilegal. Sus escamas son altamente valoradas en algunos países asiáticos por sus supuestas propiedades medicinales, lo que ha desencadenado una demanda desenfrenada en el mercado negro. Además, su carne también es considerada un manjar en ciertas regiones, lo que agrava aún más su situación. Es fundamental promover la conciencia sobre la importancia de la conservación del pangolín y de todos los animales en peligro de extinción. Para ello, es necesario apoyar medidas que combatan el tráfico ilegal de especies y promover el respeto y cuidado del medio ambiente. Solo a través de acciones concretas podremos garantizar la supervivencia de estas especies fascinantes y únicas en nuestro planeta.