El dragón de Komodo, también conocido como varano de Komodo, es un reptil único y fascinante que habita en las islas de Komodo, Rinca, Flores, Gili Motang y Padar, en Indonesia. Es el lagarto más grande y peligroso del mundo, siendo capaz de alcanzar hasta 3 metros de longitud y pesar más de 70 kilogramos. Una de las características más sorprendentes de este animal es su veneno mortal. Contrariamente a la creencia popular, los dragones de Komodo no matan a sus presas con el veneno de su mordedura, sino con las bacterias presentes en su saliva. Estas bacterias son extremadamente potentes y pueden causar infecciones graves en las heridas de sus presas, llevándolas a la muerte en poco tiempo. El hábitat natural del dragón de Komodo son las selvas secas y bosques tropicales de estas islas. También pueden ser encontrados en áreas abiertas, como praderas y playas. Aunque su rango de distribución es relativamente pequeño, se estima que su población se encuentra estable, sin embargo, está catalogado como una especie vulnerable debido a la pérdida de su hábitat y la caza furtiva. Es fundamental para la conservación de esta especie y su hábitat, promover prácticas de cuidado ambiental. La deforestación y la caza ilegal representan las principales amenazas para los dragones de Komodo. Además, la reducción de presas y el aumento de la actividad humana en estas islas también tienen un impacto negativo en su supervivencia. Para proteger a estos majestuosos animales, es necesario promover la educación ambiental, impulsar medidas de conservación y crear conciencia sobre la importancia de preservar nuestra diversidad biológica. El dragón de Komodo es un ejemplo de la belleza y fragilidad de la vida silvestre, y debemos garantizar su supervivencia para las futuras generaciones.