Conoce las claves de la modificación de la Ley de Alquileres que ha generado gran debate en el Congreso y su posible impacto en el mercado inmobiliario.
La modificación de la Ley de Alquileres ha sido una de las principales iniciativas que se ha debatido este año en el Congreso. Tras la media sanción en la Cámara de Diputados, el proyecto ya comenzó a discutirse en el Senado y ha generado gran interés y debate entre diferentes actores del mercado inmobiliario.
Uno de los principales cambios propuestos en la nueva Ley de Alquileres es la extensión del plazo mínimo de los contratos de alquiler. Hasta ahora, el plazo mínimo establecido era de dos años, mientras que con la modificación pasaría a ser de tres años. Esto busca brindar mayor estabilidad tanto a los inquilinos como a los propietarios, evitando renovaciones constantes y fomentando la relación a largo plazo.
Otro de los aspectos destacados de la modificación es la actualización anual de los contratos según un índice mixto, compuesto por un 50% de la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) y un 50% de la variación mensual de los salarios. Esta medida busca proteger el poder adquisitivo de los inquilinos y evitar aumentos desmedidos.
Además, se propone limitar el monto de los gastos de ingreso al momento de alquilar una vivienda. Actualmente, es común que los inquilinos deban pagar varios meses de alquiler por adelantado, depósito en garantía y honorarios inmobiliarios. Con la nueva Ley de Alquileres, se busca reducir estos costos adicionales y facilitar el acceso a la vivienda.
Por otro lado, la modificación busca regular el funcionamiento de las garantías de alquiler. Se propone la creación de un registro de garantías y la posibilidad de utilizar garantías alternativas, como seguros de caución, para facilitar el acceso a la vivienda a aquellas personas que no cuenten con un garante tradicional.
Si bien la modificación de la Ley de Alquileres ha generado expectativas y polémicas entre los diferentes actores del mercado inmobiliario, es importante destacar que busca brindar mayor seguridad y estabilidad tanto a los inquilinos como a los propietarios. A través de estos cambios, se busca equilibrar las relaciones entre ambas partes y fomentar un mercado de alquileres más justo y accesible para todos.