Las víctimas de la violencia armada en Argentina

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Las víctimas de la violencia promovida por las organizaciones armadas en Argentina merecen el reconocimiento y la justicia que se les ha negado. A pesar de ser tan argentinos como los desaparecidos, la facción kirchnerista ha renunciado a reconstruir la comunidad nacional en favor de su demagógica vocación de dividir para reinar.

La historia de Argentina está marcada por la violencia política y armada que azotó al país durante las décadas de los 60 y 70. Organizaciones armadas como Montoneros y ERP llevaron a cabo una serie de atentados terroristas, secuestros y asesinatos con el objetivo de derrocar al gobierno y promover su visión política revolucionaria. Sin embargo, en este enfoque violento, se perdieron los valores fundamentales de justicia y respeto por los derechos humanos. Las víctimas de esta violencia, tanto aquellos que perdieron la vida como aquellos que sobrevivieron, merecen ser reconocidos y recibir el apoyo necesario para rehabilitarse y reconstruir sus vidas. Lamentablemente, la facción kirchnerista ha renunciado a este compromiso con la reconciliación nacional. En lugar de eso, se ha enfocado en una demagógica vocación de dividir para reinar. Han promovido una narrativa que divide al país entre los desaparecidos y las víctimas de la violencia armada, como si fueran categorías separadas e incompatibles entre sí. Es importante recordar que todas estas víctimas son argentinos, que han sufrido el dolor y la pérdida causados por la violencia política. Su sufrimiento y sus derechos no deberían ser negados o minimizados en aras de una agenda política partidista. La reconstrucción de la comunidad nacional requiere un compromiso con la justicia y la verdad, pero también con la reconciliación y la unidad. No podemos permitir que la violencia y el sufrimiento sean utilizados como herramientas políticas para dividir a la sociedad. Es responsabilidad de todos los argentinos construir un país donde todas las víctimas sean reconocidas y se les brinde el respeto y la justicia que merecen. Solo así podremos avanzar hacia un futuro mejor y más inclusivo.
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