El equipo económico se encuentra en una situación compleja, donde deben tener en cuenta tanto el calendario electoral como las presiones provenientes del acuerdo con el FMI. Ambos factores están influyendo en la toma de decisiones y condicionando las posibilidades de implementar ciertas medidas. Por un lado, el calendario electoral impone restricciones en cuanto a los tiempos y las acciones que pueden llevar a cabo. La proximidad de las elecciones genera un escenario político sensible, donde cualquier medida impopular puede ser utilizada por la oposición para su propio beneficio. Esto se traduce en cierta cautela por parte del equipo económico a la hora de implementar políticas que puedan generar un impacto negativo en el corto plazo. Por otro lado, el acuerdo con el FMI también ejerce presión sobre el equipo económico. Este acuerdo implica compromisos y metas que deben cumplirse dentro de un período determinado. El incumplimiento de las mismas podría tener consecuencias económicas y financieras negativas para el país. Por lo tanto, el equipo económico se encuentra trabajando bajo una presión constante para cumplir con los objetivos establecidos por el FMI. En este contexto, las decisiones que se tomen en materia económica se encuentran absolutamente condicionadas por estos factores. El equipo económico debe buscar un equilibrio entre las necesidades y demandas de la población, las restricciones del calendario electoral y los compromisos asumidos con el FMI. Esta tarea no es sencilla, ya que implica tomar decisiones que puedan ser impopulares en el corto plazo pero que a la larga beneficien a la economía del país. En conclusión, el equipo económico se encuentra en una situación compleja debido a las restricciones impuestas por el calendario electoral y las presiones del acuerdo con el FMI. Estos factores condicionan las decisiones que pueden tomar y representan un desafío importante para lograr un equilibrio entre las necesidades de la población y el cumplimiento de los compromisos asumidos.