El Gran Premio de Miami de Fórmula 1 ofreció un espectáculo caótico en su carrera sprint del sábado. La lluvia torrencial, los múltiples incidentes y el clima impredecible convirtieron la carrera de 18 vueltas en un festival de adrenalina y tensión, con Lando Norris emergiendo victorioso, pero con una historia mucho más compleja que una simple victoria. El drama comenzó incluso antes de la largada. Un diluvio azotó el circuito callejero, dejando la pista empapada. En medio de esta situación, Charles Leclerc perdió el control de su Ferrari en la curva 10, impactando contra el muro y sufriendo daños significativos que lo obligaron a abandonar la carrera antes de su inicio. Esto marcó el tono de una jornada llena de imprevistos. Con la lluvia persistente, la carrera se retrasó. Luego de un par de vueltas detrás del Safety Car, la bandera roja se izó, interrumpiendo la acción por 28 minutos. La reanudación se dio con neumáticos intermedios, lo que preparó el escenario para más acción. La salida fue el epicentro de otra controversia. Oscar Piastri, con una audaz maniobra en la primera curva, desplazó al poleman Andrea Kimi Antonelli fuera de la pista, tomando la delantera. A pesar de la polémica acción, Piastri no recibió sanción. La lluvia cesó rápidamente y la pista comenzó a secarse, lo que llevó a una oleada de cambios de neumáticos, introduciendo un caos aún mayor en la pista. El español Carlos Sainz, en un error de cálculo, golpeó el muro, dañando su neumático y provocando un trompo. Mientras Sainz se dirigía a boxes, prácticamente sobre la llanta, Max Verstappen y Antonelli protagonizaron un incidente inusual en la zona de boxes. Verstappen, al salir de su parada en boxes, chocó levemente con Antonelli, quien ingresaba a la suya. Si bien los daños fueron menores, Antonelli tuvo que completar una vuelta adicional, mientras que Verstappen recibió una penalización de 10 segundos por una salida insegura de boxes, cayendo al 17° lugar. El caos alcanzó su punto álgido cuando Fernando Alonso, tras un toque de Liam Lawson en la curva 11, perdió el control de su Aston Martin y se estrelló contra el muro. Este accidente, a tres vueltas del final, provocó la salida del Safety Car, congelando la clasificación y otorgándole la victoria a Lando Norris, quien se benefició de la situación junto con Lewis Hamilton, que escaló posiciones tras una parada en boxes oportuna y terminó tercero. La carrera sprint de Miami fue un testimonio de lo impredecible que puede ser la Fórmula 1. La victoria de Norris es innegable, pero la narrativa de la carrera se centra en la serie de incidentes que la definieron: desde el abandono de Leclerc y las polémicas maniobras iniciales hasta los choques en boxes y el aparatoso accidente de Alonso. Una carrera que permanecerá en la memoria por su caos y por las impresionantes demostraciones de destreza y estrategia de algunos pilotos, a pesar del contexto.