Un escandaloso caso de inseguridad sacudió a la ciudad de Tandil. Tres hombres empleados como personal de seguridad privada fueron detenidos en la madrugada del viernes pasado, acusados de robar elementos de los puestos del Patio Gastronómico de la Feria ubicada en la diagonal del Parque Independencia. El hecho, que ha generado indignación entre los comerciantes y la comunidad en general, pone de manifiesto la necesidad de una mayor rigurosidad en la selección y supervisión del personal de seguridad privada.

La detención se produjo gracias a la colaboración entre el Centro de Monitoreo Municipal y efectivos del Comando de Patrullas de Tandil. Las cámaras de vigilancia captaron a los tres individuos, quienes, irónicamente, eran responsables de la seguridad del predio, retirando objetos de los puestos gastronómicos y cargándolos en vehículos particulares. La rapidez y eficiencia de la respuesta policial permitieron la aprehensión inmediata de los sospechosos.

Los detenidos fueron identificados como Nahuel Kilibarda (40 años), Federico Urrutia (32 años), y Agustín Ezequiel Urrutia (27 años). Tras su aprehensión, fueron puestos a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nro. 16, la cual ordenó la notificación de la formación de una causa penal por el delito de Hurto. Además, se dispuso el secuestro de los vehículos utilizados para el traslado de los objetos robados, con el objetivo de realizar una exhaustiva búsqueda de la mercancía sustraída.

La investigación se encuentra en curso y se espera determinar la magnitud del robo y el destino de los bienes sustraídos. Si bien aún no se ha revelado un inventario completo de lo robado, fuentes cercanas a la investigación mencionan la sustracción de una importante cantidad de alimentos perecederos, como quesos, salames y fiambres. La gravedad del hecho radica no solo en el robo en sí, sino en la flagrante violación de la confianza depositada en estos individuos, quienes estaban contratados precisamente para prevenir este tipo de situaciones.

Este incidente ha generado un debate sobre la necesidad de implementar medidas más estrictas para la contratación y control del personal de seguridad privada. Se cuestiona la falta de antecedentes o verificaciones exhaustivas que pudieron haber prevenido este suceso. Las empresas de seguridad se enfrentan ahora a un severo escrutinio público, con la exigencia de mayor transparencia y responsabilidad en sus procesos de selección y capacitación.

El caso de los guardias que robaban en el Patio Gastronómico sirve como un crudo recordatorio de la importancia de la vigilancia constante y la necesidad de sistemas de seguridad robustos, que no solo dependan de la integridad del personal contratado, sino que incluyan medidas tecnológicas y procesos de auditoría que minimicen el riesgo de incidentes similares en el futuro. La Feria de Sabores, tras el incidente, ha confirmado que continuará con su actividad, implementando nuevas medidas de seguridad para prevenir futuros robos.