El Gran Premio de Japón de Fórmula 1 se enfrenta a un desafío inesperado: múltiples incendios de hierba en el circuito de Suzuka. Cinco banderas rojas han interrumpido las sesiones de práctica y clasificación, causando preocupación entre los organizadores y los pilotos. La causa principal parece ser el contacto de las chispas de los coches, especialmente de las placas de deslizamiento de titanio, con la hierba extremadamente seca a pesar de las temperaturas relativamente bajas (13-15°C). La situación ha generado una gran incertidumbre sobre el desarrollo de la carrera. Las autoridades de la FIA, junto con el personal del circuito, han intentado mitigar el problema regando las zonas más afectadas. Se ha considerado la posibilidad de una quema controlada preventiva, pero esta opción se descarta debido a los riesgos de perder el control del fuego, las preocupaciones medioambientales y el impacto estético que dejaría en el circuito. La esperanza reside en el pronóstico meteorológico. Se espera lluvia durante la madrugada del domingo, lo que podría humedecer suficientemente la hierba para prevenir nuevos incendios. Sin embargo, si el pronóstico falla, se planea regar las zonas de riesgo de nuevo antes del inicio de la carrera. Los pilotos, como Max Verstappen y Oscar Piastri, han expresado su optimismo sobre la efectividad de la lluvia en solucionar el problema. Verstappen, que saldrá desde la pole position, señaló la sequedad extrema de la hierba como la causa principal del problema, mientras que Piastri coincidió en que la lluvia podría minimizar significativamente el riesgo. El incidente ha puesto de manifiesto la necesidad de una gestión eficiente del entorno del circuito para garantizar la seguridad de los pilotos y el correcto desarrollo de la carrera. La FIA y los organizadores del Gran Premio de Japón están trabajando para minimizar las consecuencias de este imprevisto y esperan que la lluvia prevista permita la celebración de una carrera segura y emocionante.