El cumpleaños número 10 de Francesca Icardi se convirtió en el epicentro de una nueva batalla mediática entre Wanda Nara y Eugenia "La China" Suárez. Según la panelista Yanina Latorre, la disputa comenzó con una llamada de Mauro Icardi a su hija, en la que aparentemente incluyó a Rufina, la hija mayor de la China Suárez. Esta acción, según Latorre, provocó el llanto de Francesca, desencadenando una furiosa discusión telefónica entre Wanda y Mauro. La situación escaló rápidamente hasta llegar a un intercambio de mensajes explosivos entre Wanda y la China Suárez a través de WhatsApp. Latorre, quien tuvo acceso a los chats, reveló el contenido del mensaje que la actriz le habría enviado a la conductora: "Sos un asco de persona. Dejaste a una nena de 11 años llorando. ¿Cómo se te ocurre decirle una cosa así? Decirle ‘gente de mierda, ridícula’ a una nena de 11 años que le está diciendo feliz cumpleaños a tu hija. Las cosas de grandes las resuelven los grandes. Mala persona. Mitómana. Agresiva." La China Suárez habría justificado su enojo en la defensa de su hija y acusó a Wanda de ser una "mitómana agresiva" que no debería involucrar a los niños en sus conflictos con Mauro Icardi. La actriz también habría amenazado a Wanda con consecuencias futuras, según Latorre. La panelista de LAM agregó detalles significativos del intercambio, destacando que Wanda bloqueó a la China Suárez en dos oportunidades, la primera en enero de 2022, inmediatamente después del escándalo conocido como "Wandagate". Esto sugiere una historia de conflicto preexistente entre ambas mujeres. La disputa también expuso la compleja dinámica familiar que se vive entre Mauro Icardi, Wanda Nara y la China Suárez. Se cuestiona la decisión de Icardi de llamar a su hija con Rufina presente, generando una situación de incomodidad para la niña y exacerbando el conflicto entre las madres. Además, se debate sobre el rol de los padres en la resolución de conflictos entre adultos y su impacto en los hijos. El incidente ha generado un debate público sobre la responsabilidad de los padres involucrados, la importancia de proteger la salud emocional de los niños, y los límites de la exposición mediática en situaciones familiares complejas. La publicación de los chats privados, por otra parte, plantea interrogantes sobre la privacidad y el uso ético de la información en el ámbito mediático. La posible denuncia de Wanda Nara por los mensajes amenazantes de la China Suárez añade un nuevo capítulo a esta ya compleja historia. El desenlace de este conflicto y la repercusión a largo plazo en las vidas de las personas involucradas, especialmente las de los niños, siguen siendo aspectos que llaman la atención de la opinión pública.