Brasil: El Inundamiento de Autos Chinos y el Llamado de Auxilio de la Industria Nacional

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La creciente importación de vehículos chinos, especialmente eléctricos, está generando una crisis en la industria automotriz brasileña. Anfavea exige medidas para proteger la producción local ante lo que considera una estrategia de 'descarte' por parte de China.

Brasil se ha convertido en un receptor masivo de automóviles chinos, un fenómeno que está generando una profunda preocupación en la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automóviles de Brasil (Anfavea). El año 2024 registró un incremento del 33% en las importaciones de vehículos, alcanzando las 466.500 unidades, el mayor volumen en una década. De este total, aproximadamente 200.000 son vehículos electrificados provenientes de China, lo que ha llevado a Anfavea a calificar a Brasil como un 'mercado de descarte' para el excedente de producción china. Márcio de Lima Leite, presidente de Anfavea, señala que la situación es crítica. Mientras países como Estados Unidos y la Unión Europea han implementado o amenazan con implementar altos impuestos a la importación de vehículos chinos para proteger sus industrias locales, Brasil ha mantenido tasas impositivas más bajas para los vehículos electrificados. Leite argumenta que esta discrepancia ha provocado una avalancha de importaciones, perjudicando la competitividad de los fabricantes brasileños. La situación se agrava por la política impositiva brasileña. Si bien los vehículos de combustión tienen un impuesto de importación del 35%, los vehículos eléctricos, inicialmente con un impuesto casi nulo, han visto un aumento gradual hasta llegar al 18% actualmente, con proyecciones de alcanzar el 35% en 2026. Esta gradualidad, según Anfavea, ha incentivado a los fabricantes chinos a adelantar sus importaciones en grandes volúmenes. La acumulación de inventario es un problema palpable. En diciembre de 2024, los puertos brasileños llegaron a tener 70.000 vehículos eléctricos sin vender, una cifra que, aunque disminuida, sigue siendo considerable. BYD, principal actor en este escenario, ha ampliado su presencia en Brasil, incluso adquiriendo la antigua planta de Ford en Camaçari. Anfavea no solo reclama una revisión de la política impositiva, solicitando la vuelta al 35% de impuesto a la importación para todos los vehículos, sino que también enfatiza la necesidad de revitalizar las exportaciones brasileñas. A pesar de que Brasil se mantiene como el sexto mercado mundial en ventas de vehículos y recuperó el octavo lugar en producción, la cuota de mercado latinoamericana ha caído del 24% al 17% en los últimos cinco años. La asociación apunta a recuperar terreno perdido a través de un aumento significativo de las exportaciones. El panorama general es complejo. Si bien el mercado interno muestra un crecimiento vigoroso, con un total de 2,6 millones de licencias de vehículos en 2024, la dependencia de las importaciones chinas representa un riesgo significativo para la sostenibilidad de la industria automotriz brasileña. Anfavea insta al gobierno a tomar medidas urgentes para evitar que la situación se deteriore aún más, protegiendo la producción local y restableciendo un equilibrio en la balanza comercial.
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