El Fugaz Reinado de Milito en Atlético Mineiro: Caída Libre Tras la Gloria

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Analizamos el sorpresivo despido de Gabriel Milito como entrenador del Atlético Mineiro, apenas cuatro días después de perder la final de la Copa Libertadores. Un repaso de su corto pero intenso paso por el club brasileño, desde el triunfo arrollador sobre River Plate hasta la abrupta finalización de su contrato.

El fútbol es un deporte de resultados, y en el caso de Gabriel Milito en Atlético Mineiro, los resultados no acompañaron. Apenas cuatro días después de la dolorosa derrota en la final de la Copa Libertadores ante Botafogo, el entrenador argentino fue despedido del club brasileño. La decisión, tomada tras una racha de doce partidos sin victorias, pone fin a un ciclo que, si bien comenzó con prometedoras victorias, terminó con una abrupta y decepcionante caída. El inicio fue prometedor. Milito llegó al Atlético Mineiro en marzo de 2024 y rápidamente logró destacarse en la Copa Libertadores, finalizando como segundo en la fase de grupos, solo superado por River Plate. La goleada por 3-0 sobre el conjunto millonario en la ida de las semifinales, un partido recordado por la destacada actuación de Deyverson, alimentó las esperanzas de un posible título continental. Sin embargo, la alegría fue efímera. La derrota ante Botafogo en la final de la Libertadores, sumada a la caída en la final de la Copa de Brasil ante Flamengo, marcó un punto de inflexión. El desempeño irregular en el Brasileirao, con una racha de doce partidos sin ganar, agravó la situación, dejando al equipo en una preocupante posición 14° en la liga, fuera de los puestos de clasificación para la Copa Sudamericana. La derrota ante Vasco da Gama, por 2-0, en la fecha 37 del Brasileirao fue el golpe final. El Atlético Mineiro, con una paciencia agotada, decidió poner fin al contrato de Milito, quien deja el club con un balance de 61 partidos dirigidos: 23 victorias, 20 empates y 18 derrotas. Dos subcampeonatos, el de la Copa Libertadores y la Copa de Brasil, fueron el saldo de una gestión que prometió mucho pero terminó en decepción. El despido de Milito deja varias preguntas en el aire. ¿Falló la planificación del equipo? ¿La presión de las altas expectativas contribuyó al fracaso? Independientemente del análisis, la realidad es que la breve y convulsa etapa de Milito al frente del Atlético Mineiro se ha cerrado de forma inesperada, dejando un sabor agridulce y una interrogante sobre el futuro inmediato del club. Su paso por el Atlético Mineiro fue un viaje de montaña rusa: éxitos fulgurantes seguidos de una caída precipitada. Ahora, el club deberá buscar un nuevo entrenador para encarar el desafío de reordenar sus filas y luchar por mejores resultados en las próximas temporadas.
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