El mundo del fútbol está de luto por la muerte de Sven-Goran Eriksson, un entrenador que marcó una época en el deporte rey. Eriksson, quien falleció este lunes 26 de agosto de 2024 a la edad de 76 años, deja un legado imborrable como estratega y como persona.
Su carrera como entrenador se extendió por más de 42 años, durante los cuales dirigió 12 clubes y 4 selecciones nacionales. Eriksson logró 19 títulos en su carrera, incluyendo la Serie A con la Lazio, la Recopa y la Supercopa de Europa con el mismo equipo, y lideró a la selección inglesa en dos mundiales.
Su enfermedad, un cáncer de páncreas diagnosticado en noviembre del 2023, lo obligó a luchar por su vida hasta este lunes. La noticia de su muerte impactó al mundo del fútbol, que lo recuerda por su inteligencia táctica, su carisma y su capacidad para conectar con los jugadores.
Eriksson, conocido por su estilo de juego ofensivo y su capacidad para sacar lo mejor de sus jugadores, dejó una huella imborrable en cada club y selección que dirigió. Su paso por la Lazio, donde ganó seis títulos, marcó un antes y un después en la historia del club romano. Su gestión en la selección inglesa, aunque no culminó con la obtención de un título, dejó una huella profunda en los fanáticos del fútbol inglés.
Eriksson también dirigió a la selección de México, a la selección de Costa de Marfil y a la selección de Filipinas, lo que demuestra su gran capacidad de adaptación a diferentes culturas y estilos de juego. A lo largo de su carrera, Eriksson tuvo la oportunidad de dirigir a algunos de los mejores futbolistas del mundo, entre ellos, Juan Sebastián Verón, Diego Simeone, Roberto Sensini, Matías Almeyda y Hernán Crespo.
En los últimos años, Eriksson se dedicó a entrenar a equipos de ligas menores, con el objetivo de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones de entrenadores. Su muerte representa una gran pérdida para el mundo del fútbol, pero su legado seguirá inspirando a entrenadores y jugadores por muchas generaciones más.
Sven-Goran Eriksson, un entrenador que supo ganarse el respeto y la admiración de todos aquellos que lo conocieron, deja un vacío enorme en el mundo del fútbol, pero su memoria perdurará por siempre.
