El clásico rosarino volvió a encender la pasión en el Gigante de Arroyito. Rosario Central se impuso por 1-0 sobre Newell's Old Boys en un partido emocionante que se definió en los últimos minutos.

La primera mitad del encuentro fue un reflejo del miedo a perder. Ninguno de los dos equipos se animó a arriesgar y el juego se desarrolló en la mitad de la cancha, con pocas situaciones de peligro. Central tuvo mayor control del balón, pero le faltó profundidad para llegar con peligro al área rival. La Lepra, por su parte, se mostró más cauta y trató de aprovechar los espacios que dejaba el Canalla.

En el segundo tiempo, el partido tomó otro ritmo. Newell's salió con más determinación y generó peligro en el área de Broun. Un tiro libre de Martino terminó en el fondo de la red, pero la jugada fue anulada por posición adelantada. La Lepra se vio golpeada por esta decisión y, poco después, Martino fue expulsado por una infracción a Kevin Ortíz.

La expulsión de Martino cambió el destino del partido. Central aprovechó la superioridad numérica y encontró el gol del triunfo a los 83 minutos. Un tiro libre de Malcorra, que dio rebote en el arquero Macagno, le permitió a Mallo definir de manera certera y desatar la euforia en el Gigante de Arroyito.

El gol de Mallo fue la definición de un partido lleno de emociones. Rosario Central se quedó con el clásico, estiró su racha positiva y se acerca a los puestos de clasificación a las copas internacionales. Newell's, por su parte, quedó golpeado por la derrota y deberá reponerse para el próximo compromiso.

El clásico rosarino, una vez más, demostró ser un partido especial, donde la pasión y el corazón pesan más que el fútbol. Rosario Central supo sufrir, luchar y celebrar una victoria que le da aire en la Liga Profesional.