FIFA 18 dará un salto de calidad jugable hacia adelante gracias, en primer lugar, al uso que los programadores de EA Sports han hecho de lo que ellos denominan Motion Technology System.

Con esta herramienta, veremos en los partidos de FIFA 18 una mayor fluidez de movimientos así como una cercanía aun mayor a la realidad. Este sistema de desarrollo, así como un uso más inteligente del motor Frostbite, otorgará a los jugadores características tales como mejor respuesta a nuestras órdenes, así como naturalidad en sus acciones.

Pero, donde más notaremos esta innovación será en la personalidad de los futbolistas. Se ha hecho un gran hincapié en que ahora, cada jugador sea lo más cercano posible a la realidad, diferenciando en mayor medida las acciones y movimientos de cada uno de ellos. Una muestra de ello serán los arquetipos que se han introducido en el juego.

Éstos tendrán en cuenta ahora características como la altura, la corpulencia… singularidades de los jugadores que tendrán una representación distinta sobre el campo. Para explicar este aspecto, se mostró como ejemplo una carrera en los futbolistas del FC Barcelona Piqué y Messi. En primer lugar, veíamos como en FIFA 17 ambos deportistas, pese a ser muy distintos en altura y robustez, tenían una manera de correr idéntica. Sin embargo, ahora en FIFA 18 podremos observar claramente cómo se mueven de manera diferente, tanto por la inclinación del cuerpo como por la amplitud de cada paso.

Pero esa personalidad a la que se aludió en la presentación, no tendrá solo una repercusión desde el punto de vista visual. Es decir, también afectará al rendimiento de los jugadores sobre el campo. En palabras de Sam Rivera, «cada rasgo o particularidad destacable de un jugador tendrá repercusión en el juego, por lo que no sólo destacarán los futbolistas por ser más físicos o rápidos». Dicho de otro modo, podremos aprovechar atributos tales como el pase, la habilidad para esconder el balón o la visión de juego a la hora de disputar un encuentro.