El pangolín es un curioso animal que se encuentra entre los mamíferos más traficados del mundo. Su aspecto peculiar y sus escamas lo convierten en un objetivo para los cazadores furtivos y los traficantes de vida silvestre. Este mamífero se encuentra distribuido en varias regiones del mundo, desde África hasta Asia. Existen ocho especies de pangolín en total, todas ellas con características y hábitats similares. Una de las principales características del pangolín es su armadura de escamas. Estas placas están compuestas por queratina, el mismo material que compone nuestras uñas y cabello. Gracias a esta protección, los pangolines pueden defenderse de los depredadores y mantenerse a salvo. Su alimentación consiste principalmente en hormigas y termitas. Con su lengua larga y pegajosa, son capaces de atrapar a estos pequeños insectos y devorarlos sin problemas. Son animales nocturnos, por lo que pasan gran parte de su tiempo explorando y buscando alimento durante la noche. Lamentablemente, debido a la caza ilegal y la destrucción de su hábitat, todas las especies de pangolín se encuentran en peligro de extinción. El tráfico de pangolines es una de las actividades ilícitas más lucrativas y desafortunadamente, su demanda continúa aumentando. Es crucial tomar conciencia sobre la importancia de proteger al pangolín y a todas las especies en peligro de extinción. La conservación del hábitat natural y la lucha contra el tráfico ilegal de animales silvestres son aspectos clave para garantizar la supervivencia de estas especies únicas. En resumen, el pangolín es un fascinante mamífero con escamas y una armadura característica. Su estado de conservación es crítico debido a la caza furtiva y la destrucción de su hábitat. Cuidar y proteger a los pangolines es fundamental para preservar la biodiversidad y asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta.